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Gastón Acurio: Igualando el piso
Porque con buena salud, buena educación, buena nutrición, buena conectividad, cada peruano tendrá las condiciones para convertirse en una persona de bien.
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Faltan unos días para el cambio de gobierno.
La expectativa crece día tras día. Periodistas de todo el mundo empiezan a llegar al Perú para cubrir el cambio de mando.
Algunos de ellos aprovechan para escribir historias de Lima y su cocina. Y de paso preguntarnos cuál es el futuro que queremos para nuestro querido Perú.
Siempre respondo con optimismo. Después de todo un cocinero debe mantener siempre el optimismo. Nuestro trabajo consiste en intentar hacer felices a los demás con lo que hacemos y allí el pesimismo no tiene cabida.
Afirmo con convicción que al Perú no lo parará nadie, porque los peruanos somos hoy al fin un pueblo seguro y orgulloso de su identidad, porque —a diferencia de antes— hoy queremos quedarnos a vivir en nuestra tierra y porque hoy luchamos por hacer realidad nuestros sueños con nuestro propio esfuerzo y perseverancia.
No es el Estado el que ha construido el avance del Perú. Son los peruanos, desde su trinchera, con la fuerza que le da el buscar lo mejor para sus hijos, los que están marcando el paso del Perú.
Y por eso, más allá de lo que uno ve y escucha en los medios, más allá de los evidentes problemas del día a día, los peruanos seguiremos avanzando a paso firme hacia la victoria.
Es cierto, falta mucho aún por hacer y de todo, pero lo primero es lograr que el piso que nos sostiene sea igual para todos.
Imaginar que en estos cinco años, todos los peruanos tendrán acceso al agua y la electricidad, como condición primera para alcanzar cualquier sueño. El agua no solo es bebida y aseo. La electricidad no solo es luz. El agua limpia es salud, la salud es tiempo, el tiempo es luz, luz es conectividad, conectividad es información, información es conocimiento, conocimiento es competitividad para enfrentar labores, ideas, sueños con éxito. Todo esta conectado. Agua y luz para todos los peruanos sí es posible.
Imaginar que ese niño que nace cada 60 segundos en nuestro Perú, será recibido por la sociedad con todo lo necesario para que crezca, sano, fuerte, educado y se convierta en un peruano de bien. Si nace en un hogar sin carencias, será un importante apoyo simbólico. Si nace en un hogar lleno de carencias, la sociedad lo abrigara, le dará alimento, educación de excelencia y lo cuidara de cualquier amenaza.
Desnutrición cero en los próximos cinco años. Violencia familiar cero en los próximos cinco años. Abandono infantil cero en los próximos cinco años. Educación de máxima excelencia mundial en los niños de 0 a 6 años. Si es posible.
Imaginar que todo ese talento que cada joven peruano lleva dentro en múltiples actividades no se pierde en el camino por falta de oportunidades sino que es fomentado a través de una formación de excelencia. Imaginar que un joven que sueña con ser cineasta, científico, empresario, economista, ingeniero, medico, artista, cocinero, deportista y que ademas este lleno de talento que podría convertirlo en una estrella mundial, encuentre en su Perú, el camino para lograrlo. Si es posible.
Imaginar que en esta era de la robótica, del 3D printing, de la inteligencia artificial, la bioinformática, la ingeniera biomédica, la nanotecnología y todos esos avances tecnológicos que están cambiando y cambiarán al mundo dramáticamente en los próximos años, podemos convencer a todos nuestros talentos esparcidos por el mundo de volver a su tierra, para construir los puentes de conocimiento propio, que ponga en valor todo lo nuestro y sobretodo, para que guíen y apadrinen a esos jóvenes que hoy desde un garaje o una loma, conectados a la información del mundo desde un pequeño y sencillo celular, sueñan en ser como ellos y hacer algo grandioso para su país o la humanidad. Hacer del Perú el país de la innovación, y sembrar en cada peruano, la semilla de innovar cada día para mejorar cada día. Sí es posible.
Imaginar que cada peruano con un sueño dentro, encontrará en el Estado a un aliado, a un amigo, a un súper arbitro, que lo recibirá con los brazos abiertos, a veces para facilitarle el camino, a veces para ayudarlo en su revolucionaria idea, a veces para hacer más rápido el camino de sus ideas o productos a quien lo consuma. Peruano y Estado unidos en el mismo objetivo. Hacer los sueños de todos realidad y con ello hacer crecer al Perú.
Sí. Los problemas de siempre persisten. Es evidente. Lo escuchamos en la radio, lo leemos en los periódicos. Lo vemos en la televisión. Pero es importante recordar cada vez que vemos una noticia de violencia, de corrupción, de intolerancia, que por cada una de esas noticias, en ese mismo instante hay otras cien buenas noticias que están sucediendo a nuestro alrededor y que por ello no debemos dejar que esas malas señales debiliten nuestro entusiasmo, nuestra esperanza. Porque, por nuestros hijos, debemos mantenernos siempre firmes y optimistas ante el mañana.
Sí, la inseguridad nos llena de temor. El tránsito nos hacer perder tiempo valioso. La corrupción nos desanima. Pero reitero. Ningún problema es eterno. Costará, pero lograremos al final vencerlo.
Por eso es importante igualar el piso. Porque con buena salud, buena educación, buena nutrición, buena conectividad, cada peruano tendrá las condiciones para convertirse en una persona de bien y de esta forma combatir con éxito los males que hoy nos aquejan. Males que solo podremos enfrentarlos más unidos que nunca.
Unidos. Una palabra que se usa mucho, pero que lo resume todo.
Unidos para que en estos cinco años que vienen, podamos poner a un costado esas heridas que sangran en nosotros, esos rencores y decepciones que habitan en nuestro corazón, esa desconfianza que recorta nuestra capacidad de amar y soñar, esa actitud negativa que nos hace señalar con el dedo al otro ante un error o un fracaso. Como si todos fuéramos perfectos. Y no. No lo somos. Todos cometemos errores, todos hemos sido dominados por la ira alguna vez, todos hemos hechos sentir mal a otros con nuestras palabras o acciones, todos somos seres imperfectos. Y porque somos imperfectos debemos abrazarnos en vez de juzgarnos porque solo así, podremos avanzar dos veces mas rápido y alcanzar todos nuestros sueños.
Un abrazo de reconciliación para alcanzar el 2021, doscientos años después de nuestra independencia, la tan ansiada libertad. La libertad, entendida como un país en el cual todos sin importar condición, podrán encontrar una oportunidad para construir su felicidad.
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