Gonzalo Elías: Relaciones tóxicas

Las relaciones tóxicas se pueden dar también entre amigos, entre padres e hijos, y entre hermanos, pero las más comunes son las de pareja. Lo que las define es la incapacidad de impedir hacerse daño. Suelen ser ambas partes las que tienen esta incapacidad, pero por lo general una de las dos personas está más dañada que la otra.

Las relaciones tóxicas tienen una dinámica parecida a las adicciones, donde uno va entrando lentamente, poco a poco, sin darse cuenta. Esto es peligroso porque dificulta a las víctimas salir de este círculo vicioso antes de que sea demasiado tarde. Cuando la persona ya está “metida” le es difícil reconocerlo y tener consciencia de enfermedad. Las personas que caen en estos vínculos tóxicos, ya sea como víctimas o victimarios, suelen tener una necesidad de control y dominio, son manipuladoras, tienen baja autoestima, dependencia afectiva, propensión a la culpa, y suelen ser personas inseguras e inmaduras.

Es normal que en toda relación de pareja exista un cierto nivel de conflicto, peleas, y lucha por el poder. Pero no es lo que prima en la relación. Lo que prima es el amor y la libertad, no el uso ni el control. Los vínculos sanos están basados en la confianza, el respeto, y la sana independencia. Las frases “te amo porque te necesito” versus “te necesito porque te amo” expresan muy bien esta diferencia.

Como en todo problema lo importante es reconocerlo. Aceptarlo. Y pedir ayuda. Las relaciones tóxicas suelen quitarte las fuerzas, la dignidad, y la autoestima. Es fundamental buscar a los amigos, a la familia, y la ayuda profesional para salir de estos círculos viciosos. Recuperar la libertad y la alegría. Es un proceso, para ir reempoderándote y volver a ser el piloto de tu vida.