Una buena iniciativa de los organizadores de CADE Ejecutivos, que este año se desarrolla en Arequipa, ha sido incorporar una mesa especial de debate sobre la inseguridad en el país, que está llegando a extremos de gravedad antes inimaginables.
En la sesión, denominada ‘Formalización y seguridad: propuestas de los trabajadores y empresarios’, representantes de la empresa privada y de la sociedad civil analizarán el problema de la criminalidad y presentarán propuestas para combatirla. La idea es ir más allá de medidas improvisadas, populistas o de normativas legales que encubren intereses ilícitos. No será necesario aclarar que nos estamos refiriendo al Ejecutivo y al Legislativo, cuyo aporte en esta lucha es cercana a cero.
La pasividad y la falta de liderazgo de las autoridades –que se suma a los crecientes escándalos de corrupción de funcionarios– ha dejado alargar peligrosamente la desatención a este monstruo que está carcomiendo los cimientos del Estado de derecho en el Perú. Y como sabemos, sin un Estado de derecho sólido y transparente, es imposible generar riqueza y disminuir la pobreza en las naciones.
De ahí la importancia de este paso al frente que han dado nuestros empresarios en el evento más importante que los convoca año a año. El Perú vive un clima de violencia descontrolada que le pone barreras muy altas a la inversión nacional y extranjera. Y no hablamos solo de elevados costos de seguridad para los negocios de pequeña, mediana o gran escala, sino de garantías legales para trabajar en paz y salir así de la crisis económica generando empleo y mejorando la calidad de vida de la población.
Una amenaza cotidiana a la que, ciertamente, están expuestos desde el comerciante más modesto hasta operaciones comerciales o industriales de gran envergadura. Y si el crimen actúa impunemente, como hoy ocurre, no olvidemos tampoco que la tentación de lo ilegal crece y aumenta el asedio a cualquier emprendimiento formal, extendiendo este cáncer a cada vez mayores estratos de la sociedad, a menudo con la complicidad de la corrupción en el Estado.
Apoyemos e incentivemos iniciativas como las de CADE Ejecutivos, porque lo que más hace falta en este momento de incertidumbre por la inseguridad, son las ideas.
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