El Perú enfrenta importantes desafíos para consolidarse como un referente en Latinoamérica que le permita crecer económicamente, reducir los niveles de pobreza y buscar el bienestar de sus ciudadanos.
Para abordar estos retos, es crucial tener un derrotero con estrategias claras y duraderas en el tiempo, pero sobre todo con un verdadero compromiso gubernamental.
Nuestro primer desafío es consolidar al Perú como un verdadero hub de conexión, aprovechando la excelente ubicación geográfica del país, pero para ello es vital mejorar la infraestructura logística con inversiones en puertos y aeropuertos, que vengan acompañadas de inversión pública complementaria en ejes viales que generen facilidades. Hoy, a manera de ejemplo, podemos apreciar que tanto el tan esperado Puerto de Chancay como el nuevo terminal del Aeropuerto Jorge Chávez carecen de la conectividad necesaria aledaña que permita un uso cómodo y cabal. Además, este desafío debe llevarnos a apostar por la mayor digitalización de los servicios aduaneros y promover la simplificación administrativa, pero sobre todo llevarnos a reforzar la predictibilidad administrativa.
El segundo desafío es enfrentar la hiperregulación, que impacta negativamente en las empresas y que muchas veces desincentiva la inversión. Se necesita una revisión integral de la normativa, simplificación de trámites y creación de marcos regulatorios más flexibles y modernos que fomenten la competencia y reduzcan costos operativos.
El tercer desafío es impulsar dos gatilladores de la economía; nos referimos a la minería y a la agroexportación, pues, por un lado, la minería requiere reglas claras y verdadera protección respecto de la inseguridad delincuencial que hoy comienza a hacerle estragos; y, por otro lado, en lo que se refiere a la agroindustria, se requiere un mayor apoyo en infraestructura hídrica y acceso a tecnología, así como aumentar la diversificación de productos y buscar nuevos mercados.
Nuestro cuarto desafío será la ampliación de redes de servicios públicos a las que no todos los peruanos tienen acceso; la falta de agua, electricidad y saneamiento en muchas zonas del país limita el desarrollo. Es necesario priorizar proyectos de infraestructura y promover asociaciones público-privadas para acelerar la cobertura de servicios básicos en áreas rurales y urbanas marginadas.
El quinto desafío es buscar tener peruanos mejor educados, promoviendo el talento que le dé soporte a lo antes mencionado y que se promuevan más y mejores oportunidades laborales.
En resumen, enfrentar estos desafíos requiere de un enfoque estratégico basado en la modernización, la colaboración público-privada y una mayor inversión en infraestructura y tecnología. El Perú tiene el potencial de avanzar, siempre y cuando se aborden estos temas con visión de futuro.