Sun Tzu es el estratega militar chino más importante en los últimos 2,000 años, cuyo aporte más importante en la solución de conflictos se revela en su obra El arte de la guerra, texto de consulta obligatorio para quienes quieren enfrentar con éxitos los conflictos en el campo de los negocios o del desarrollo. Es necesario analizar la inseguridad desde esta perspectiva con el afán de contribuir al debate y cuestionar si los caminos tomados por el gobierno de la presidenta Dina Boluarte y las autoridades son los correctos.
Una frase icónica de Sun Tzu es: “La estrategia sin tácticas es la ruta más lenta hacia la victoria. La táctica sin estrategia es el ruido antes de la derrota”. Es decir, consideraba que, tanto la estrategia como la táctica, son indesligables y, por lo tanto, válido para quienes hemos usado estos instrumentos para enfrentar las amenazas, como el terrorismo, por ejemplo. Un error conceptual de los operadores sobre estrategia y táctica marcan el destino de todas las acciones hacia la derrota.
En términos generales, la estrategia es el plan para lograr determinados objetivos y la táctica son las acciones específicas para alcanzar esos objetivos. Siempre la estrategia define las tácticas, nunca es al revés. Es por eso que, tenemos que establecer si las acciones indistintas de las autoridades, como los operativos ‘Amanecer seguro’, captura de bandas criminales, cierre de calles, persecución de motociclistas, estados de emergencia, cambio de leyes, elevar penas, compra de motos, creación de grupos especiales, cámaras de seguridad, o las propuestas de ayuda del empresariado, como la implementación de centros de flagrancia o la compra de implementos para la seguridad, son estrategias o tácticas. Lamentablemente en nuestro concepto solo son tácticas que no provienen de una visión estratégica general y por eso son estos los resultados que tenemos.
Una condición sine qua non para concebir una estrategia correcta es, indudablemente, el conocimiento cabal del problema. La ignorancia promueve el subjetivismo, el relativismo, y eso, bajo las actuales circunstancias de inseguridad, es una gran limitación. Por eso, un primer paso importante es que las autoridades tomen conocimiento claro del fenómeno; no solo de los datos o de la punta del iceberg de la violencia, sino de las causas, los procesos, los objetivos y cuáles son las proyecciones. Así lo hizo el GEIN en 1992 definiendo que la estrategia era arrancarle la cabeza a SL, y con tácticas de capturas en serie, se atrapó a Abimael Guzman y se acabó con el terrorismo.
No olvidemos que esta solo es la “brisita” de la “tormenta perfecta” de inseguridad que se avecina. Hoy el problema de inseguridad es mucho más grande y letal y todos estamos obligados a estudiar el fenómeno, comprenderlo y construir una verdadera estrategia general contra la inseguridad, incorporando todas esas acciones tácticas bien intencionadas. ¡Sí se puede!
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