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¡Qué desastre!
“Nos gobernó durante cinco años una señora que no rendía cuentas ante nadie; manipularon groseramente las bases institucionales de sectores como Economía, Defensa”.
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En reciente carta a sus correligionarios nacionalistas, el ex presidente Ollanta Humala (hoy arrestado preventivamente por el caso Lavo Jato) sostiene que su gobierno fue “el mejor de los últimos 50 años”. Una frase audaz, hasta temeraria. ¿Bajo qué medida o concepto podría el nacionalismo reclamar dicho sitial? Veamos.
En lo económico, sin duda, fue un gobierno desastroso. No solo en resultados, sino sobre todo en políticas: desde que llegaron al poder, se preocuparon por poner a prueba los fundamentos de un “modelo” (entrecomillado, porque es de difícil clasificación) que mal que bien habían permitido al país crecer a tasas superiores al 8% (7% promedio de crecimiento en el quinquenio 2006-2011). Por un lado, Nadine Heredia, Castilla y Segura (los dos últimos, ministros de Economía) ofrecían prudencia y estabilidad, pero, por el otro, el resto de ministros y directores petardeaban la inversión privada (se incrementó el peso regulatorio de casi todos los sectores: minero, pesquero, financiero, servicios, entre otros). Ello, sumado a un cambio en los términos de intercambio, redujo la tasa de crecimiento al 3%.
En el plano social, fue más bulla que resultados. El ritmo en que disminuíamos la pobreza, que caía gracias al vertiginoso crecimiento económico, se redujo sostenidamente. No obstante, ojo, se habían multiplicado los programas y el gasto social que hoy, vemos, fue perforado (la Contraloría acaba de señalar que encontraron casi 24,000 personas fallecidas como beneficiarias del programa Juntos entre 2012 y 2014).
En lo institucional, ni qué decir. Nos gobernó durante cinco años una señora que no rendía cuentas ante nadie; manipularon groseramente las bases institucionales de sectores como Economía, Defensa, Interior y otros; y, claro, apuntaron a saquear el Estado donde pudieron: megaobras, pasaportes, armas y demás. No dejaron títere con cabeza.
Y en lo político, finalmente, pues nos dejaron en una polarización peor que la que encontraron. Se pelearon con todos los partidos y medios incómodos al régimen, así como apoyaron a la dictadura chavista en su pantomima de cambio.
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