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La pluma desenvainada de Nicolás Yerovi
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Por Nicolás Yerovi
HAY GOLPES DE SUERTE EN ESTA VIDA, YO QUÉ SÉ
Brutauro llamó a Alacrón
y Pezuña a Omar Tajada
y entre ladrón y ladrón
y de llamada en llamada,
la vaina quedó arreglada.
Dispuesto a colaborar
con algo más que un consejo,
nunca se hizo de rogar
Raulito Diez Pendejo
y con Pepito Jijuna
se puso de acuerdo en una.
“Vamos, chicos, a vacar
de una vez al moqueguano”,
dijo, sin parar de hablar,
Burresti, alzando la mano.
Previendo que su destino
sería ser presidente,
sonrió Manuel Cretino
y ordenó inmediatamente:
“Robaremos a raudales,
muy civilizadamente,
en partes todas iguales”.
No hubo ningún desacuerdo
y al toque brilló el consenso,
pero Cretino, que es lerdo
y más que monse muy menso,
tuvo la idea brillante
de consultar generales
y convencer a almirantes
para sus planes venales,
estos le tiraron dedo
y Cretino, en los penales,
en cana acabó este enredo.
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