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La última jugada de Santiváñez

"No sería raro que el día de la votación no asistan al Congreso, es una buena estrategia para echarle un salvavidas al peor ministro en la historia del Mininter".

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Richard Arce
Columna por Richard Arce
Fecha Actualización

Hasta que por fin se acordó en el Congreso abordar la censura del inefable ministro del Interior, después de tantas dilaciones, yo diría encubrimiento y complicidad. Lo protegían a pesar de los más de 1,400 asesinatos en este periodo nefasto de la peor gestión del Mininter y que ha llevado a una situación insostenible en seguridad ciudadana a todo el país.

Pero no podemos cantar victoria, hay que esperar al viernes, cuando el Congreso debata la moción de censura contra Santiváñez, según el acuerdo de la Junta de Portavoces del Parlamento. En vista que después del asesinato del cantante del entrañable grupo Armonía 10, se pusieron las pilas los congresistas y se completó primero la moción presentada por Susel Paredes y después se han presentado tres mociones de censura más, totalizando 85 firmas, con las que supuestamente la suerte del impresentable ministro del Interior estaría echada.

Pero repito, no cantemos victoria, porque de este Congreso se puede esperar cualquier cosa. Porque no sería extraño que estas mociones que se han presentado para censurarlo, solo sean un pretexto para salvarlo, porque antes lo defendían incondicionalmente y ahora se indignan por la misma incapacidad funcional y la inoperancia de Santiváñez. Esa supuesta indignación no es creíble, entonces hay que estar alertas para ver cómo va a ser el sentido de sus votos.

En ese sentido, no sería raro que el día de la votación no asistan al Congreso, es una buena estrategia para echarle un salvavidas al peor ministro en la historia del Mininter. Otra estrategia es asistir y no votar, quedándose en el comedor para disfrutar el banquete. O votar en ámbar, con cualquier argumento que se les ocurra a último momento. La realidad es que se necesita 66 votos para la censura y por experiencia propia, sé que van a jugar su partido en estos días, para tratar de salvarle el pellejo, y no sería raro que no se llegue a los votos requeridos.

Mi sospecha es, porque este Gobierno pende de un hilo y son estos ministros ayayeros y escuderos de la presidenta los que ahora están sosteniendo al Gobierno; en tanto que para el Congreso es vital tener un alfil que controle a la Policía, así se limita el trabajo de la justicia y sobre todo de la Fiscalía. Santiváñez, si deja de ser ministro, probablemente termine en la cárcel antes de que cante un gallo, así que se está jugando los descuentos y la cuenta regresiva de su caída ha comenzado.

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