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Dime que hablas y te diré cuánto tendrás
Columna de Liz Reyes
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Muchos no vivieron esos tiempos de los apagones, de las salidas del país, de las largas colas, pero quienes de alguna manera lo vivimos hablamos sintiendo y recordando. Muchos dicen que “ellos” destruían con sus acciones solo a los “ricos” y defendían al estilo de Robin Hood a los pobres; pero hay personas que vivieron en zonas totalmente “empobrecidas” que también fueron sus víctimas. Es decir, el objetivo es “el cambio del sistema cueste lo que cueste”.
Hoy es fácil identificarlos, porque tienen palabras y verbos comunes en su lenguaje: los ricos, los pobres, las rentas, el pueblo, víctimas, expropiar, estatizar, quitar, etc.
También tienen frases comunes como “el rico es malo”, “el pobre es bueno”, “los pobres merecemos lo que el rico tiene”, entre otras más.
Y a veces no somos conscientes, esas ideas vienen de casa, de dos palabras que se desarrollan en cada hogar: “creencias” y “decisiones”. Si siempre se inculca que el dinero es complicado, es el enemigo, es sucio, en vez de enseñar a los hijos a prosperar (a ser realmente humanos, y aprender a generar valor), los limitarán, los harán sentirse culpables al tener dinero, los harán tener sentimientos negativos frente a aquellos que tienen dinero, los harán sentirse víctimas, enojados.
Si crees que el dinero es malo, lo mirarás mal y quizás decidas mal y él huirá de ti. Pero el tema es que el dinero no es malo, ni bueno, el dinero es “neutro”. El resultado del dinero es algo que dependerá de lo que crea y decida cada uno, dejando sin mucho valor a esa creencia: somos víctimas del sistema capitalista.
Sería importante que propiciemos en nuestras vidas creencias positivas y decisiones adecuadas, y para eso hay que construir riqueza interior cada día, palabra tras palabra.
Los peruanos tenemos que recobrar nuestro poder, pero ese poder nacerá de la suma de cada uno, en un mundo de todos y sintiendo la abundancia de un sistema que nos abra puertas, sin celos del que más tenga, y sí con admiración y ganas de aprender para crecer, prosperar y aportar.
Me encuentras aquí: @lizreyes.prosperos
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