PUBLICIDAD
Lloro por ti, Venezuela
Imagen
Fecha Actualización
El Gobierno le debe una explicación al país, a los venezolanos, al Grupo de Lima, a todo el mundo (literal). El Perú era híper crítico de la autocracia chavista y, con consecuencia, implementó una política migratoria excepcional generosamente acogedora hacia sus víctimas.
De pronto, la cosa cambió. Primero, la ministra de Trabajo amenazó con sancionar a los empleadores que reemplacen a peruanos por venezolanos (a menor sueldo). “Discriminación”, alegó, cuando eso tendrían que reclamarlo los peor pagados (¡esa es la lógica!) y obviamente no lo harán. Es que los laboralistas –y la mayoría de abogados– no entienden que la clave del intercambio trabajo-sueldo es la productividad. El venezolano productivo (y legal) terminará ganando más. ¿Entonces sancionarán a sus empleadores? El anuncio de la ministra solo favorecería a la informalidad y precarización del empleo de peruanos y venezolanos.
Al parecer ese fue solo el inicio. Esta semana el Gobierno del presidente Martín Vizcarra olvidó su retórica previa –cabe presumir que su solidaridad no era sincera– e impuso la exigencia de pasaporte y visa a los venezolanos para entrar al Perú. Ello equivale a prohibirles la entrada (intenten sacar pasaporte en Venezuela, pues).
Se ha dicho que lo que se busca es popularidad. Puede ser, pero recuerden que un par de regiones ha tenido exabruptos xenofóbicos –con intento de prohibición legal– contra los migrantes. ¿Y quién salió en masa a respaldar al Ejecutivo para el voto de confianza? Los gobernadores regionales (se habló también de transferencias presupuestales a cambio). Si se hubiera canjeado apoyo político a cambio de xenofobia gubernamental, estaríamos ante una bajeza moral y una insensibilidad humanitaria sin nombre.
PUBLICIDAD
ULTIMAS NOTICIAS
Imagen
Imagen
Imagen
PUBLICIDAD