PUBLICIDAD

Maestrías: la ley y la trampa

“Cada vez es mayor el número de profesionales que admiten no haber aprendido nada en los cursos de maestría”. 

Imagen
Estudiante de maestría.
Los estudiantes se encuentran con profesores con una formación pobre o nula.
Fecha Actualización
Escucha esta nota

Según se sabe, una buena intención puede perjudicar a muchos inocentes. La Sunedu estableció como requisito para la enseñanza universitaria que el profesor tuviera el grado de magíster. Esto, claro, buscaba mejorar el nivel de la educación superior, pero el resultado parece haber sido el contrario. Universidades de muy bajo nivel empezaron a ofrecer maestrías a diferentes precios y con muy poca calidad en los contenidos. Y así los estudiantes se encontraron con profesores con una formación pobre o nula, pero con un diploma que exhibir. Tal fue la trampa que surgió de la ley. 

MIRA: La democracia que me conviene

Un caso particular es el de las maestrías de Educación Universitaria, donde se predica que el conocimiento lo debe producir el propio estudiante en forma activa. Suena bien, como todo canto de sirena, pero en realidad no funciona si no hay contenidos de calidad que puedan ser asimilados. He visto a docentes que entregaban a los chicos la lista de los derechos humanos y sin mayor explicación los enviaban a las calles a observar si estos derechos se cumplían. No extraña que los chicos retornaran al aula con las ideas muy confusas, pues el texto reclama una interpretación que ellos no habían podido realizar por su cuenta y que el profesor tampoco estaba en condiciones de hacer.

 

 

En el caso de las Humanidades hay una dificultad adicional. Un licenciado en Derecho o en Sociología, por ejemplo, puede trabajar mientras paga sus estudios de maestría. Pero ninguna empresa contrata a un licenciado en Literatura o Filosofía. Estos jóvenes profesionales no tienen a quien vender sus servicios. Su espacio natural es la investigación y la enseñanza, que no pueden ejercer porque, en un círculo vicioso, no pueden costear los estudios de maestría. Conozco talentosos jóvenes humanistas que se encuentran en este limbo sin salida y que tienen una formación muy superior a la de la mayoría de profesores con una maestría en un saber inútil.  

Cada vez es mayor el número de profesionales que admiten no haber aprendido nada en los cursos de maestría. Cada día aumenta el número de tesis aprobadas sin los menores requisitos académicos. Un reportaje sobre el tema revelaría el nivel real del servicio que ofrecen las universidades peruanas, incluso las más caras. Y ello sería muy útil para la sociedad civil, pues la educación es uno de los derechos primordiales y debe ser una educación de calidad. 

 

 

Aprovecha la NUEVA EXPERIENCIA, recibe por correo y por Whatsapp nuestro periódico digital enriquecido. Perú21 ePaper.

¡Ahora disponible en Yape! Búscanos en YAPE Promos.

 

Video recomendado: