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Me voy a casar, pero no amo a mi novia
El problema de muchas parejas es que viven confundidas entre el amor y la costumbre. Hay que ser honesto con uno mismo y tener el valor de enfrentar la realidad antes de dar un gran paso.
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Derrochan ternura y amor. Después de seis años de relación, Melissa y Javier han decidido dar el gran paso: el matrimonio. Solo ultiman detalles para el gran día.
Hace seis meses, ella se mandó a preparar el vestido más bonito de sus sueños. Está a dieta estricta para que no tenga problemas con su traje el día de la boda.
Javier también se mandó a confeccionar su terno, y lo hizo con algunas sugerencias de su novia. Quiere sentirse un príncipe azul en esa fecha tan importante. Sus amigos le tienen preparada su despedida de soltero.
Las amigas de ella dicen que "son la pareja perfecta, como las hermosas historias de amor".
Todas sueñan con verla salir de la iglesia vestida de blanco, del brazo de su flamante esposo, y ellas lanzándoles arroz con pétalos de rosa. Y después, claro, bailar hasta el amanecer por la felicidad de la pareja.
Sin embargo, en los últimos días, mientras la novia vive el gran sueño de su vida, Javier ha perdido el apetito y no puede dormir bien. A escasas dos semanas del esperado día, siente un inmenso vacío. No sabe qué le sucede. Por su mente empiezan a pasar una serie de preguntas y dudas.
El amor que creía sentir por Melissa se desvaneció como por arte de magia. "Dios, ayúdame. Qué me pasa", se pregunta Javier a cada instante. No sabe a quién confiarle esos sentimientos. Piensa que es parte de los nervios por los que atraviesa todo novio.
Melissa lo llamó por teléfono para reunirse y coordinar algunos detalles antes de acudir a una fiesta. En el encuentro, él no sintió ninguna emoción por ella. En cambio, Melissa, como toda mujer enamorada, se lanzó a sus brazos y le dijo: "Te extrañé. Solo cuento las horas para estar juntos para siempre".
Javier no sabía qué pensar. Solo deseaba desaparecer. No sabía cómo actuar: si fingir la misma emoción que demostraba su novia o decirle lo que estaba ocurriendo. De pronto, comenzó a tener claro que ya no amaba a Melissa y que los años juntos solo habían sido parte de la costumbre.
No quería engañarla y jurarle amor eterno frente al altar.
CONSEJO"Lo mejor que puede hacer Javier es sincerarse, hablar con su pareja y no dar ese gran paso en su vida. En todo caso, debe posponer la boda hasta nueva fecha". Este es el consejo de la psicóloga Carmen Sánchez Ortega, especialista en terapia de pareja.
En estas situaciones, la sinceridad es lo mejor, pues luego podría venir un arrepentimiento que sería para toda la vida, recomienda la especialista.
DATOS
- La especialista sostiene que, con los años, las relaciones cambian. Al inicio son pasionales e intensas. Luego, las parejas se van acomodando a una rutina.
- Muchas parejas pasan por un periodo en el que tienen temor de asumir responsabilidades. En estos casos se recomienda ser totalmente sinceros.
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