La próxima semana entra en operaciones el megapuerto de Chancay y con ello al Perú se le abre una gran puerta hacia el futuro. Nos referimos a una infraestructura que permitirá recibir buques de hasta 400 metros de estola, es decir con una enorme capacidad de carga, que seguramente no tardará en convertirla en la vedete del comercio internacional de la región.
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No es difícil entender las razones: el tiempo de tránsito de las naves que surcan la ruta Asia-Pacífico podría llegar a reducirse de 35 a 10 días. Así, el gasto en combustible y flete bajaría significativamente para importadores y exportadores de la región y los productos locales ganarán en competitividad. El beneficio para la agroindustria, la industria minera, para los negocios, para los artesanos y, en general, para todas las exportaciones peruanas será mayúsculo.
La inversión en este proyecto, que alcanzará, en sus dos etapas, un total aproximado de 3,500 millones de dólares se justifica plenamente, pues no solo comporta una mejora sustancial en lo que se refiere al comercio internacional sino también en la generación de empleo –unos 8,000 puestos directos como mínimo– y la puesta en valor de las urbes del norte chico.
Sin ir muy lejos, la Cámara de Comercio de Lima calcula que por Chancay se movilizaría entre el 30% y el 40% de la carga nacional con destino a China y el Sudeste Asiático, solo en los primeros años de operación. De ahí que países vecinos tan poderosos económicamente como Brasil hayan mostrado gran interés en este terminal como salida para los productos que exportan a los mercados asiáticos. Se habla incluso de proyectar un gran ferrocarril que conecte ambos países para potenciar este flujo.
El impacto del megapuerto en la economía nacional se calcula así en unos 4,500 millones de dólares anuales, que representarán el 1.8 de nuestro PBI. En una economía en estos momentos tan alicaída como la peruana, es una perspectiva hacia la cual todos debemos apuntar, pues de manejarlo adecuadamente será el umbral por el que el Perú podrá acceder a un futuro con mayores oportunidades de desarrollo.
Un hecho suficientemente significativo es que, para la inauguración del terminal, que será durante el cónclave de los líderes de APEC, se contará con la asistencia de los presidentes de China, Xi Jinping, y EE.UU., Joseph Biden. Es decir, las dos grandes potencias económicas del planeta guardan tanta expectativa como la que alientan los peruanos. Enhorabuena, este puerto existe.