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(Opinión) Mónica Delta: ¿la procesión va por dentro?
Los políticos trajinados se convierten en expertos en esconder sus emociones negativas personales. Sin embargo, aquel, hombre o mujer, que no revela sentimientos ante la adversidad de sus seres más queridos evidencia una cruel indiferencia que roza con perfiles patológicamente egoístas e irresponsables.
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Los políticos trajinados se convierten en expertos en esconder sus emociones negativas personales. Sin embargo, aquel, hombre o mujer, que no revela sentimientos ante la adversidad de sus seres más queridos evidencia una cruel indiferencia que roza con perfiles patológicamente egoístas e irresponsables.
Llama poderosamente la atención que, más allá de utilizar las herramientas abogadiles y políticas en una defensa que le da facultades extraordinarias al presidente –que son únicas e irreemplazables, a diferencia del peruano de a pie– para intentar cambiar el estatus legal de su hija-cuñada, no busque, en realidad, aligerar la mochila, presumiblemente delictiva a la hermana de su esposa.
¿Por qué Yenifer Paredes va a la cárcel preventivamente por 30 meses? Básicamente porque, según el análisis del juez, hay indicios muy graves presentados por el Ministerio Público, de que es parte de una presunta organización criminal cuya cabeza sería el propio mandatario, quien hoy no puede ser acusado porque goza de una inmunidad que nadie más tiene, incluidos sus familiares.
Desde el punto de vista del ejercicio del poder, el presidente del Perú tiene recursos para ocultar, presionar, modificar, sacar funcionarios indeseables para él. Sin embargo, desde el punto de vista humano, la conciencia colectiva parte de premisas distintas. Un padre, una madre pueden ser capaces de actitudes de desprendimiento, de renuncia, para salvar a los suyos. Esa actitud ha sido siempre apreciada por las mayorías.
Parecen lecturas, interpretaciones, que no suelen tomar en cuenta los poderosos pero, para el poblador común, aquel que lucha diariamente por sobrevivir a pesar de la pobreza, de las ineficiencias de las corruptelas de los más altos funcionarios del poder de turno, son los que pueden convertirse en el parteaguas anímico, entre una actitud pasiva y un grito de la calle, capaz de cambiar por completo el statu quo.
El refrán popular a través de cualquier tiempo y latitud argumenta que la familia debe ser sagrada y muchas veces, como la historia ha demostrado, esto ha sido aplicado hasta en los códigos de las mafias.
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