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Narrativas económicas: ¿creer o no creer?
“La economía peruana tiene la menor deuda pública de la región, así como el nivel más alto de reservas. Sin embargo, existe una sensación de pesimismo entre la mayoría de la población”.
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Las cifras macroeconómicas muestran mejoría, pero todavía falta mucho; por un lado, la economía dejó de caer y, en el primer cuatrimestre de 2024, creció 2.38%; por otro, la inflación interanual, julio 2023 - junio 2024 fue de 1.89%. Además, la economía peruana tiene la menor deuda pública de la región, así como el nivel más alto de reservas. Sin embargo, existe una sensación de pesimismo entre la mayoría de la población. De hecho, hace tiempo que las cifras no se reflejan en el bienestar de todos, en áreas claves como educación, salud, infraestructura, seguridad, vivienda, entre otros. Sin embargo, el pesimismo se ha acentuado. ¿Por qué?
De acuerdo con Robert Shiller, Premio Nobel de Economía 2013, mucho de lo que pasa con la economía real depende de las narrativas, entendidas como relatos que se usan para dar una explicación de un acontecimiento o una realidad social o una respuesta a la pregunta de por qué estamos así. Agrega que las narrativas económicas demuestran cómo las historias, populares o académicas, afectan los resultados económicos, incluidas las recesiones, a través de las expectativas. Lo que te dicen y crees determina lo que esperas que ocurra en la vida real. Si todos te dicen que todo está mal, entonces no esperas nada bueno.
¿De dónde viene esa idea y quiénes las propagan?, ¿quiénes nos cuentan las historias de por qué pasa lo que pasa?, ¿por qué las creemos? Ojo que no todas las ideas tienen que ser falsas. Es real que la inseguridad está frenando la economía. Pero el punto de una narrativa no es ese, sino la explicación o los factores causales que explican lo que está pasando.
Todos obtenemos nuestras ideas de alguna parte. Eso está bien; el problema es cuando creemos como un acto de fe, sin siquiera cuestionarlas o buscar la información para ver si son ciertas. Si lo son, entonces no hay problema. En cualquier caso, las narrativas forman expectativas y, lo que es peor, condicionan los eventos futuros.
Algunos dirán que yo mismo, con mis escritos, construyo narrativas, tal como lo hacemos todos. Puede ser verdad, pero trato de ser muy cuidadoso en la verificación de datos y siempre tomar como base la evidencia empírica; dicho de otro modo, trato de que la narrativa se acerque a la realidad, así los datos me indiquen algo contrario a lo que pienso. Por ejemplo, si sostengo que A causa B, porque es el resultado de una narrativa que ni siquiera sé de dónde la obtuve, entonces trato de someter la relación de causalidad a una prueba empírica. Si observo que los datos dicen lo contrario, pues, así haya creído que A causa B, jamás lo escribiría.
Esto pasa porque la economía no es una creencia ni un acto de fe. Si así lo fuera, no habría nada que explicar ni debatir. ¿Cómo explicamos la recesión de 2023? Primero, hagamos una lista de factores entre aquellos que creemos que son los candidatos; segundo, veamos los datos y tratemos de conectarlos con la recesión, al margen de nuestras preferencias políticas; y, tercero, concluyamos en cuáles son los factores que determinaron el resultado económico. No dejemos que nuestros deseos, por justificados que sean, nos nublen y caigamos en las falsas narrativas.
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