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No ganaría Biden sino que perdería Trump
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Joe Biden sabe, por su edad, que, de ganar en noviembre, solo sería presidente yanqui por un periodo. También que la vicepresidencia es un trampolín interesante para tentar u ocupar la Casa Blanca (Johnson, Nixon, Bush padre, Gore, el mismo Biden). Y también que un buen candidato a vicepresidente suma mucho (Johnson a Kennedy, Bush padre a Reagan, Gore a Clinton, Biden a Obama) o resta (Quayle a Bush padre).
Biden estaba casi obligado a que su acompañante sea mujer (aunque Geraldine Ferraro lo fue de Mondale contra Reagan) y negra por toda esta moda reivindicativa. ¿Kamala Harris fue su mejor opción? Es mujer, competente y negra. No es una típica “negra gringa” porque es hija de jamaiquino con otra migrante (India), pero Obama tampoco era un “negro gringo” (es hijo de un africano keniano con una gringa) y tal parece que ese detalle es irrelevante en el votante negro estadounidense. Contra Harris se puede argüir que no es la reina de la simpatía (¿existe algún fiscal que lo sea?), que fue muy demagoga con el mismo Biden al acusarle de racista en el primer debate y que sus posiciones políticas no son muy claras u oportunistas. Ciertamente, Harris no es del ala roja de Ocasio, Warren o Sanders, pero huele a “progre” de San Francisco, siendo senadora por California. Tampoco es que había mucho que escoger entre los demócratas: Harris era la menos mala de las aspirantes, tal como Biden era el precandidato demócrata menos malo.
Ojo que tampoco los 10 puntos que Biden le saca ahora a Trump es que sean definitivos. Basta revisar las encuestas en agosto de otras elecciones (Carter-Ford, Reagan-Carter, Bush padre-Dukakis, Hillary-Trump) para detectar que es muy prematuro acertar. Ni Trump ni estos demócratas de Biden me entusiasman. ¿Dónde se fueron los republicanos sensatos, como Nixon, Nelson Rockefeller, Ford, Bush padre, McCain o Mitt Romney?
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