El consenso está dado; ya no es solo que se derogue la infame Ley 32108, que favorece al crimen organizado, sino que se tiene que abordar el problema de fondo y es la continuidad de este Congreso de impresentables que están destruyendo el país, con la complicidad de un Gobierno que ya ni presencia tiene porque solo está para avalar cada afrenta que comete este Parlamento.
Si algo importante nos han dejado estos dos días de paro en Lima Metropolitana es que se ha hecho evidente que es insostenible e ingobernable el país con este Congreso, donde el fujimorismo y el cerronismo se aferran con uñas y dientes a la defensa de las leyes que han promulgado para favorecer a la delincuencia y el crimen organizado, porque son leyes con nombre propio, hechas a la medida de sus líderes investigados y procesados por la justicia.
Con el agravante de tener un Gobierno inexistente, ya no es solo la incapacidad de Dina Boluarte y sus ministros, sino también la complicidad de su Gobierno con todos estos despropósitos, que ya trasgredieron cualquier nivel de tolerancia; se ha llegado a un punto de no retorno y es, en realidad, inviable la continuidad en el poder de este Congreso infame y de un Gobierno incapaz.
Entonces, el pliego petitorio de la protesta ya no es solo la derogatoria de una ley, sino que de una vez por todas se termine estos atropellos del poder de turno. Se tiene que poner fin a este periodo infame que está llevando al país a una especie de narcoestado, en el que la delincuencia copa el poder y está gobernando para favorecer sus fechorías.
Por eso, se está convocando a un paro indefinido contra el Congreso y el Gobierno para que se dé un adelanto de elecciones. Ya no es posible seguir soportando tanta infamia y atropellos que vienen cometiendo, ya que esto es una espiral ingobernable y sin salida que está atentando contra los pilares de nuestra democracia.
En plena efervescencia de la protesta, al Congreso no se le ocurrió mejor idea que aprobar una ley para sancionar a jueces y fiscales, ley que atenta contra la independencia y separación de poderes, y además se zurra en la Constitución, con lo que se está oficializando una dictadura congresal que es intolerable; por tanto, es un deber ciudadano hacerles frente a tanta ignominia y abuso de poder.
A los congresistas no les importa nada, se burlan de todos los peruanos, y esto se evidencia hasta cuando supuestamente convocan a los dirigentes para dialogar, pero en realidad el único objetivo que tienen es imponernos su agenda de leyes infames.