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[Opinión] Ariel Segal: Ni tan
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A las 30 naciones pertenecientes a la Organización del Atlántico Norte (OTAN) pronto se unirán, oficialmente, Suecia y Finlandia, presionados por su cercanía y su pasado conflictivo con Rusia. Ahora solo falta que los parlamentos de los países miembros confirmen la incorporación oficial de estas naciones nórdicas a esta alianza estratégica.
Esta ampliación de la OTAN tan celebrada por sus miembros ha implicado que los gobiernos de Suecia y Finlandia cedan al chantaje de la autocracia de Recep Tayyip Erdogan, quien controla Turquía desde 2003, para firmar tratados de extradición de supuestos terroristas kurdos a ambos países. Los kurdos son un grupo étnico de más de 25 millones de personas sin Estado, consecuencia de las políticas de los imperios británico y francés en el Medio Oriente, que habitan en zonas de Irán, Iraq, Siria y especialmente el oriente de Turquía, donde son la minoría más populosa de ese país. Durante largo tiempo, el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) fue un grupo terrorista, pero el propio Erdogan negoció con esta organización para su participación en la política hasta que volvió a ilegalizarlo cuando los kurdos iraquíes obtuvieron una zona autónoma y los de Siria conquistaron territorios al Estado Islámico en Siria.
El temor de Erdogan es que los kurdos turcos se sientan empoderados por los logros de sus hermanos sirios e iraquíes. Por eso, Turquía ha enviado tropas a anexionar zonas limítrofes con Siria y ahora obligan a Suecia y Finlandia a aceptar una extorsión que puede afectar no solo a terroristas, sino también a políticos kurdos en el exilio.
La OTAN crece NI TAN preocupada de los derechos humanos de sus aliados en la lucha contra el islamismo radical en Iraq y Siria: los kurdos. Otra consecuencia de la invasión rusa a Ucrania.
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