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Hiervela política
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“Tras la suspensión de la licencia de construcción del proyecto Tía María, el empresariado exige respeto al principio de autoridad”. Declaraciones de la presidenta de la Confiep pechando al presidente Vizcarra, después de hacerse pública la grabación de la reunión del 24 de julio.
En la misma línea, pero de manera más radical, el pasado miércoles, en la presentación ante el Congreso de los ministros de Energía y Economía, el congresista Velásquez Quesquén acusó a Vizcarra, por lo que dijo en la ya famosa reunión reservada, de poseer una diferente ideología (¿cuál?) de la que sustentó el plan de gobierno de PpK que ganó las elecciones de 2016.
Es decir, que Vizcarra supuestamente no defendía la ideología que sostenía la economía de mercado y la democracia correspondiente, aprobadas en la Constitución del 93. Que estaba incumpliendo sus deberes de primer mandatario al vacilar ante un acuerdo del propio Ejecutivo y no cumplir con el Estado de derecho, mandato constitucional.
Las cosas se fueron agravando cuando el congresista Galarreta no vaciló en calificar a Vizcarra como indigno de llamarse jefe supremo de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional del Perú, porque les habría jugado sucio al mandarlos a enfrentar a las turbas anti-Tía María, mientras él conciliaba con las autoridades que las defendían.
El presidente de la República, estando en Huánuco celebrando un año más de su fundación, respondió este jueves: “Aquí de lo que se trata es de respetar el Estado de derecho respetando la Constitución (…), yo estoy seguro de que consolidamos la democracia y logramos el fortalecimiento de la economía impulsando proyectos de desarrollo, proyectos de inversión privada pero que tengan el respaldo de la población”.
¿Ahora entienden por qué renunció Mercedes Araoz, única vicepresidente, a la bancada oficialista?
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