[OPINIÓN] Aldo Mariátegui: De nuestros intelectuales

Tiene razón Carlos Meléndez en criticar a sus colegas politólogos locales por ese vergonzoso silencio frente al apoyo que Levitsky, el sumo pontífice de la caviarada intelectual peruana, le dio a Toledo en una carta al Departamento de Estado. Levistky estaba defendiendo a un delincuente y todos estos debieron protestar enérgicamente, sea en artículos o en un comunicado abierto.

Pero se mueren de miedo de chocar con un caballero tan poderoso en los círculos académicos gringos (y hasta mundiales), que les puede ser vital para becas, pasantías, conferencias o puestos. Supongo que pelearte como un peruanito con el gran Levitsky en el mundo de las ciencias políticas es como pelearte con Vargas Llosa en el universo literario, lo que significaría que se te pueden cerrar muchas puertas.

Me imagino que de haber sido yo un sobón más de la corte vargallosiana hubiera fácilmente accedido a muchas cosas en Madrid. Alguna vez tuve una relación cordial con él, dentro de mucha distancia, pero primero su pedido para imponer un bloqueo a Perú por el autogolpe fujimorista y su muy posterior abrazo con Humala en las elecciones del 2011 nos alejaron sideralmente. Incluso pudo ponerse tan tonto como para decirle a un sobrino mío en Chicago, hace no muchos años, de que “yo le odiaba porque pensaba que era comunista (¿?)”.

Si le detesto, pero por su humalismo y por haber contaminado tanto con sus odios a la política peruana. Nadie en su sano juicio va a pensar que Vargas Llosa es comunista o que no es un gran intelectual y literato, el mejor que ha alumbrado el Perú en prosa y el más conocido y premiado a nivel mundial. Solo Vallejo le iguala en lo literario (si incluimos a la poesía), pero el liberteño en lo intelectual no pasó de ser un activista comunista más (para mí el intelectual político más grande que ha tenido el Perú fue Haya, que creo una doctrina e ideología -con la cual discrepo totalmente- totalmente nueva y original. Pero eso los rojos jamás se lo van a reconocer).