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[OPINIÓN] Aldo Mariátegui: “La decepción chilena: resultaron igualitos que el resto”
“Les hicieron una Constitución y no les gustó por izquierdista. Les hicieron otra y no les gustó por derechista. ¡Lo más cómico es que se quedaron con la de Pinochet”.
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-Tenía otro concepto de los chilenos. Les veía como los únicos serios y maduros de la zona, que habían superado el infantil tropicalismo cretinoamericano para hacer bien las tareas. Nos habían sacado mucha ventaja a los demás cretinoamericanos y ya arañaban al tercio inferior del Primer Mundo (tipo Croacia). De pronto, la imbecilidad capturó sus mentes. Salieron a vandalizar a su país y se obsesionaron con una nueva Constitución, además de elegir a un mocoso demagogo. Les hicieron una Constitución y no les gustó por izquierdista. Les hicieron otra y no les gustó por derechista. ¡Lo más cómico es que se quedaron con la de Pinochet y su izquierda celebra eso! Resultaron tan “cheverengues” y patéticos como el resto.
-Como nunca me ha interesado seguir la ola o ser popular (Más bien me preocuparía mucho ser popular en el Perú…) y me importa un pito la alharaca, comento un tema que otros varones temen por la chilla de los políticamente correctos: estoy estupefacto con tanto escándalo que se levantó con la frase infeliz del congresista Lizarzaburu. ¡Incluso aquí una columnista le dedicó todo un espacio periodísticamente precioso a un hecho tan baladí! Existen millones de cosas más importantes en el país para estar ocupándose, encima extensamente, de una estupidez adolescentoide, que ni siquiera califica como “agresión verbal”, “acoso político” u “hostigamiento sexual” sencillamente porque fue manifestada en privado, sin ninguna intención de que fuera pública.
¿O ya también van a controlar ahora lo que se conversa en PRIVADO? En PRIVADO cada uno parlotea lo que le da absolutamente la gana, aunque sean patanerías sexistas (y las mujeres también sueltan cosas por el estilo. Cada cosa que he oído). Más allá de la vergüenza pública, esta pachotada no ameritaba mayor atención. Tanto rasgarse las vestiduras y berrear por esta bobada es huachafo, exhibicionista y patético. Hasta fascistoide. De verdad, esta época de los “ofendiditos” es agobiante.
PD: Jueza Elvia Barrios… ¿Y mi sentencia?
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