PUBLICIDAD
[OPINIÓN] Aldo Mariátegui: “No extingamos a la anchoveta”
“Es una pena que el importante sector anchovetero esté pasando por una crisis terrible por El Niño, pero eso no puede ser motivo para permitirles salir a pescar…”.
Imagen
Fecha Actualización
El Perú no puede repetir el error del general Tantaleán, ministro de pesquería velasquista, de ponerse a pescar anchoveta en pleno Fenómeno de El Niño, durante los años 1971-72. Encima, se permitió una pesca excesiva. ¿El resultado? Casi extinguen a la especie y no hubo casi anchoveta en lo que quedó de la década de los 70 y también de los 80, cuando el mega-Niño de 1983 casi termina definitivamente con lo poco que quedaba de este pez. Es una pena que el importante sector anchovetero esté pasando por una crisis terrible por El Niño, pero eso no puede ser motivo para permitirles salir a pescar —y menos aún rebajar la talla permitida de pesca de menos de 12 centímetros de largo— porque eso eliminaría peces juveniles y podría dañar irremediablemente a la especie al carecer de reproductores nuevos. Ya hemos vivido desgraciadas experiencias similares. Se pusieron a pescar sardinas como locos en los 90 y ahora no hay sardinas. Casi pasa lo mismo con la merluza. Desde hace años no se ven casi erizos entre las rocas porque se puso de moda comerlos y no se respetó su lento proceso reproductivo. Ya no se ven casi tiburones en el norte porque los asiáticos pagaban muy bien por sus aletas para sopas y se los cargaron. ¿No se acuerdan cómo casi se extingue al pulpo por esa moda de servir pulpos bebés a la parrilla en los restaurantes? En 1964 volaban 18 millones de aves en las costas peruanas. Hoy no llegan a los 5 millones… Entre un Niño fuerte y una sobrepesca nos las cargamos y hasta ahora ese número no se recupera ni mínimamente. No soy científico, pero es de sentido común que a la anchoveta hay que dejarla tranquilita mientras sobrevive a este Niño. Los grandes pesqueros anchoveteros como los ahora chillones Diamante, Copeinca y Hayduk han tenido años espectaculares y han debido capitalizarse para enfrentar los momentos de vacas flacas, como ahora. Los contribuyentes no tenemos por qué salvar con nuestros impuestos a empresas privadas ni permitirles extinguir especies.
VIDEO RECOMENDADO
PUBLICIDAD
ULTIMAS NOTICIAS
Imagen
Imagen
Imagen
PUBLICIDAD