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[Opinión] Alfredo Ferrero: “¿La toma de Lima o de Dina?”
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Bajo un nombre apocalíptico y desprestigiadas por falta de propuestas, las protestas en lo sustantivo son violentas y toman nombre de un triste episodio de la guerra con Chile cuando Lima fue saqueada (enero 1881). Los vándalos (no todos) azuzados por congresistas y dirigentes de izquierda intentaron tomar Lima, a su paso dejan edificios históricos incendiados, carreteras bloqueadas e instalaciones de empresas afectadas. Los aeropuertos de Cusco, Arequipa y Juliaca fueron violentados (califica, según la ONU, como “actos de terrorismo”) y hubo agresiones alevosas contra la Policía. No es poca cosa financiar esta “batalla”.
En otros países estos ataques a infraestructura estratégica se resuelven en horas con las fuerzas del orden. Los pedidos parecen no ser negociables y ello imposibilita el diálogo. Reclamos sustentados por abandono estructural de un Estado ineficiente no otorga derecho a la violencia. Los que votaron por Castillo también votaron por Boluarte, liberar a Castillo es inviable. La insurrección vociferante no es acogida por la población mayoritaria, que busca paz y trabajo. La izquierda asumirá las consecuencias de su apoyo al nefasto gobierno de Castillo en las próximas elecciones. Gobiernos regionales tienen recursos pero son incompetentes y populistas. Ello no es culpa de Lima.
La verdadera “toma de Lima” son los provincianos que ya residen aquí: Lima tiene 30% de electores nacionales. Castillo nunca tuvo acogida con su “discurso” belicista. Boluarte dijo que se iría con Castillo, pero él se sacó solo. ¿Estará arrepentida de su verborrea cuando lo acompañaba en los consejos descentralizados? “Toma de Lima, en realidad, es la toma de Dina”. Piden su renuncia, es el trofeo buscado. El reemplazo sería Williams, a quien tampoco quieren. Probablemente la “gresca no haya terminado”. Hasta ahora Lima les quedó grande.
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