[Opinión] Ana Jara: “Nada más repugnante que el padre que viola a su hija”

En los actuales momentos no hay campaña mediática más importante que la de empoderar a nuestros niños en prevención del abuso sexual infantil; además de una política multisectorial en el mismo norte liderada por el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, con presupuesto asignado por resultados (PPR) que demuestre revertir la dolorosa estadística de 16 niñas y adolescentes víctimas de violencia por día en nuestro país, según dio a conocer Naciones Unidas Perú en abril de 2022.

Los gobiernos de turno, incluido el actual, invierten el dinero en campañas publicitarias fútiles, cuyos mensajes no llegan a concientizar, a calar en la mente de su público objetivo, y que culminadas, difícilmente son recordadas. Y si acaso en el fondo se buscara mejorar la imagen de la gestión en apariencia de estar trabajando, estimo que ni eso logran. ¿Por qué más bien no destinan ese gasto a una estrategia comunicacional agresiva para instruir a nuestra niñez en el conocimiento de sus derechos, fortalecer su autoestima? ¿En orientar a la familia en fomentar una atmósfera de confianza en los hogares que les haga sentir a los niños y adolescentes que están en espacios seguros en los que pueden conversar sobre cualquier cosa sin sentir temor o vergüenza; enseñarles a que si algo les fastidia o les hace sentirse incómodos, no se callen, que lo hablen, que se les creerá, que nunca los confrontarán con sus agresores o aquellos que los fuerzan a hacer cosas que no quieren, que pierdan el miedo a decir ¡no!, a pedir auxilio?

En el pasado hubo una buena campaña mediática llamada “Yo sé cuidar mi cuerpo”, impulsada por el Ministerio de Educación que buscaba frenar la violencia sexual infantil. Hasta ahora resuena en nuestra memoria el estribillo de sus spots, ¿por qué no repetir experiencias exitosas como estas? Lo cierto es que no hay nada nuevo debajo del sol. Así como dicha campaña, existen otros referentes, por ejemplo “La regla de Kiko”, una guía a manera de cuento para niños promovida por el Consejo de Europa.

Finalmente, la estrategia comunicacional debe incluir a los adultos, ellos son los responsables de reconocer los cambios de conducta de los menores, de advertir que algo les pasa.

Lo ocurrido en Ferreñafe – Lambayeque, del monstruo que venía violando a su propia hija de 12 años quien redactó una carta sobrecogedora a su madre contándole lo que sufría y que no se atrevía a decirle cara a cara, hace imposible no sentir desprecio por el violador A.Ll.S. (40), para quien la cárcel será poca sanción, porque no hay crimen más repugnante que el abuso sexual infantil. ¡Cuántos casos más habrá!