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[Opinión] Anthony Laub: Sembremos árboles
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En el Perú no se siembra árboles porque molesta pensar que no seremos nosotros los que disfrutaremos de sus sombras o frutos.
Los peruanos somos una suerte de recolectores nómades que consumimos hasta agotar lo que ofrece un territorio, sin preocuparnos de sembrar para el mañana. Vemos a nuestros compatriotas con desconfianza y –no pocas veces– con odio, y a los hijos como una carga a los que hay que hacerles el trayecto difícil, cuando deberíamos buscar alisarles el terreno para que desarrollen libremente y mejor que nosotros, lo que redituará a favor de los hijos de estos y así sucesivamente.
Recuerdo una reunión de exalumnos del colegio en el que miembros de las primeras promociones se quejaban, amargamente, de que las pensiones que pagaron sus familias habían servido para la construcción de un gran colegio mientras ellos tuvieron que estudiar en una simple casona.
Cincuenta años después, aún exudaban su rabia por haber ayudado a financiar a uno de los mejores colegios de la ciudad, que beneficia a las generaciones que vinieron luego y por extensión a la sociedad de la que son parte. En vez de sentirse orgullosos de haber sido los iniciadores de un gran legado, destilaron su rabia contra los que llegamos luego.
Sembrar un árbol hoy sirve para construir un mejor país para el mañana. Quizá no veremos los resultados ni nos cobijará su fresca sombra o disfrutaremos sus frutos, pero sí lo harán nuestros hijos. No importa, sembremos árboles que echen raíces sólidas sobre las que construyamos un Perú justo y próspero que la mayoría anhelamos, así nos toque calcinarnos bajo el ardiente sol.
Sembremos árboles, sembremos un país.
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