[OPINIÓN] Ariel Segal: Boric 2022 vs. Boric Pre-2022

A pocas semanas de la toma de posesión de Gabriel Boric como presidente de Chile, la mayoría de las encuestas le dan la espalda con un promedio de 25% de aprobación a su gestión. ¿Por qué el lúcido y carismático joven que condujo a la extrema izquierda al poder por primera vez desde la victoria de Salvador Allende no goza de una “luna de miel”? Las respuestas son varias:

-Boric ganó la segunda vuelta porque muchos moderados se abstuvieron o no votaron por su contrincante, José Antonio Kast, que representaba a una derecha muy extremista. Muchos votaron por el mal menor.

-Boric está gobernando con pragmatismo junto a un gabinete con varios tecnócratas, principalmente el ministro de Hacienda, Mario Marcel, un economista expresidente del Banco Central, con una política fiscal responsable que es distante al discurso de campaña política de las elecciones en donde el exlíder estudiantil hablaba de un cambio radical en el sistema. Esto, unido a que el Partido Comunista, cuyo líder Daniel Jaude, perdedor de las primarias ante Boric para ser el candidato de la alianza de izquierda Apruebo Dignidad, se ha convertido en el principal crítico y opositor a su excompañero de ruta; le resta apoyo de muchos de sus votantes.

- Quizá, lo que más esté afectando la gestión y popularidad de Boric sea que ahora, como presidente, comprendiendo la importancia de tener un gobierno eficiente, moderado y ahorrativo para evitar que se dispare la inflación, dista mucho de aquel político de oposición radical. En otras palabras, la versión Boric 2022 enfurece a sus aliados radicales, pero mantiene firmes en su percepción a sus oponentes de derecha. Si a eso le agregamos una Asamblea Constituyente que está aprobando leyes absurdas e impopulares, Boric tiene, en términos de dominó, el juego trancado.