[Opinión] Camila Bozzo: 100 días para el olvido

Los primeros 100 días del gobierno de Pedro Castillo merecen ser sepultados en el olvido. La falta de liderazgo del presidente para conducir el país, su moroso entendimiento del funcionamiento del aparato público, su incapacidad para armar un equipo solvente (salvo excepciones como, por ejemplo, Vásquez, Francke y Maúrtua) y, no menos importante, sus exabruptos han generado una zozobra sin parangón en tiempos recientes. Esta manera tan anárquica de gobernar está teniendo efectos devastadores en la institucionalidad y en el desempeño económico del país.

El afán del gobierno por desbaratar importantes reformas para el desarrollo del país genera particular preocupación. La reforma educativa, que busca mejorar la calidad de la educación a través, entre otras cosas, de la meritocracia al interior del magisterio, está en peligro con la propuesta del ministro de eliminar la evaluación magisterial. La reforma del transporte, que busca integrar el transporte en Lima y acabar con la rampante informalidad, está al borde de ser desbaratada por el ministro y su propuesta para prorrogar las autorizaciones de rutas para combis y coasters por 10 años más. Este trato condescendiente del gobierno con los sectores informales, amparándose en un argumento de justicia social, se hace extensivo a la minería. Mientras que los ilegales e informales depredan bosques y explotan a niños y mujeres, el gobierno enmudece; sin embargo, a la minería formal el gobierno la hostiga con su retórica (para el ministro de Justicia, los accionistas de Antamina buscan vacar al presidente).

Todo indicaba que con la designación de Vásquez el presidente buscaba generar confianza y mejorar su relación con el Congreso (la premier zanjó el asunto de la Constituyente y afirmó que respetarían la propiedad). Pero, al parecer, la premier aún no tiene la suficiente fuerza para contener los arrebatos presidenciales y para ponerles coto a las inexplicables lealtades del presidente a personajes que conspiran contra el desarrollo del país. Esperemos que Vásquez (ojalá que el Congreso le dé la confianza) logre tomar las riendas del gobierno y encauzarlo.