[Opinión] Camila Bozzo: ¿Y si el gabinete Bellido obtiene la confianza?

Ayer Bellido recaló en el Congreso junto con el gabinete improvisado, cuestionado y de claras reminiscencias terroristas (pero funcional al Partido y a su doctrina) que Castillo decidió mantener. La obstinación del presidente en aferrarse a este gabinete chapucero demuestra su desconexión, su ausencia de sentido de la realidad (al parecer es cierto que el entorno de Castillo no lee ni cree en las encuestas, tal como Bellido y Cerrón han afirmado), y, además, demuestra su incapacidad para cernir a los actores relevantes de la esfera política nacional. Es posible que esto sea atribuible a la aproximación sindical, gremial y asambleísta que el presidente tiene de la política, muy distinta a la que su rol y su alta investidura exigen.

Frente a un Castillo que pareciera estar extraviado y desbordado por un encargo que le queda abrumadoramente grande, Cerrón y sus huestes han ganado terreno. De ningún modo, estoy afirmando que Castillo sea el moderado y dialogante, y Cerrón el radical, pues claramente tienen coincidencias ideológicas y programáticas, pero los sucesos recientes indican que Castillo intentó desmarcarse de Cerrón probablemente motivado por un afán de pragmatismo, para subsistir en un entorno adverso. Al final, sin embargo, cedió y optó por quedarse afincado en la ladera maximalista de Cerrón, en lo que representa una clara afrenta al país, atribulado por la crisis sanitaria y económica, y una pechada al Congreso.

A pesar de eso, todo indicaría que el Congreso sí le otorgará la confianza al gabinete Bellido, en una decisión que resultaría antes estratégica que principista. Con la confianza otorgada, los congresistas deben valerse ahora de todas las herramientas que la Constitución les da para frenar el avance de un gobierno con claras aspiraciones controlistas y plagado de una improvisación que puede conducir el país a la deriva. Para eso pueden echar mano de la interpelación y censura de ministros, pueden negarle facultades legislativas al Ejecutivo, e iniciar el debate de la reforma constitucional de la confianza.