Pero no debemos perder de vista lo que realmente es lo urgente: la situación económica del país. Si todos tuviéramos un ingreso adecuado que nos permita satisfacer nuestras necesidades y la de nuestras familias, entonces podríamos esperar tranquilamente los cambios políticos. Pero tenemos una inflación persistente, un desempleo endémico, las expectativas de los agentes económicos por los suelos y un decrecimiento de la economía mundial. El BCR ha revisado a la baja la proyección del crecimiento para este y el próximo año, lo que confirma que, en materia económica, el año 2023 va a ser uno definitivamente malo y esto es lo urgente.