Es que los extremos se parecen. Estuvimos gobernados por una izquierda bruta y achorada (IBA): autoritaria, misógina, homofóbica, con poco respeto por las reglas de la democracia que llamaban “pelotudeces democráticas” y absolutamente incapaz y corrupta. Tenemos que reconocer que hay una izquierda más moderada, democrática y liberal pero que en esta coyuntura ha actuado como furgón de cola de los primeros.