Como debe ser, todos estos casos pasan a manos de fiscales, que usan la colaboración eficaz y se apoyan en el periodismo de investigación. Sin embargo, los recientes destapes de Jaime Villanueva dejan por los suelos la credibilidad del Ministerio Público, que ahora tiene mucho que explicar sobre el manejo de los casos Vizcarra y Fujimori, así como el cerco a Alan García. Las declaraciones del exasesor de confianza de la suspendida fiscal Benavides nos revelan a una Fiscalía que instrumentaliza la justicia y negocia favores con congresistas, bancadas, partidos, líderes políticos y periodistas de investigación, que hasta dirigirían su trabajo.