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[OPINIÓN] Edward Málaga: “Dengue 2023: El Minsa y la inmortalidad del mosquito”
Estas y otras prioridades estaban claras y debían ser parte del plan de acción de cualquier profesional calificado para asumir la cartera.
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Perú ostenta el macabro récord mundial de muertes por COVID-19 por millón de habitantes. Buena parte de los 220,673 fallecidos a la fecha estarían vivos si se hubiese aplicado una estrategia inteligente y multidisciplinaria, basada en ciencia y evidencia. Desgraciadamente, el Minsa enfrentó la pandemia con un sistema de salud de tercer mundo, con ministros y funcionarios de incompetencia y arrogancia inusitadas. Avalados por expertos poco juiciosos y entre prácticas corruptas, los gestores aplicaron medidas inútiles y tomaron decisiones fatales que mermaron el acceso a pruebas moleculares, respiradores, oxígeno, equipos de protección personal (EPP), vacunas y vigilancia genómica. Muchos héroes de primera línea y sus familias pagaron con sus vidas.
Tres años después de la llegada de la pandemia, nos encuentra el dengue, armados de la misma ineptitud e indolencia, sin capacidad de prevención ni atención, sin la data epidemiológica y climatológica necesaria para predecir la evolución de la epidemia, planificar acciones oportunas y aplicar medidas efectivas que salven vidas. Ya sabíamos que el sistema de salud es precario, que su atraso es histórico, que el Minsa y la Diresa no coordinan. Sabíamos que el dengue es endémico y que el cambio climático afectaría su distribución. Sabíamos que la salud pública necesita ciencia y biotecnología propias, que el INS, la Digemid y el Minsa en general requieren reformas y nuevos liderazgos. Estas y otras prioridades estaban claras y debían ser parte del plan de acción de cualquier profesional calificado para asumir la cartera.
Se dice que los ministros deben ser gestores o políticos, no técnicos. En el caso del Minsa, yo discrepo rotundamente. No es lugar para un político, hay vidas en juego. Y un gestor con poco conocimiento de salud pública y ciencias biomédicas difícilmente puede tomar decisiones informadas y asumir plena responsabilidad por ellas. El perfil profesional de la ministra Gutiérrez es insuficiente para el cargo. PCM y Presidencia deben cambiarla.
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