PUBLICIDAD
[Opinión] Gabriel Ortiz de Zevallos: Aprendiendo del putinismo para armar la pampa
Imagen
Fecha Actualización
El 5 de febrero de este año, Vladimir Cerrón tuiteó sobre el hermanamiento de Perú Libre con Rusia Unida, partido de Vladímir Putin, en el otro extremo del espectro político. Un año antes, había reproducido un informe del presidente del partido comunista ruso que, entre otras cosas, señalaba: “La caída de la economía, el empobrecimiento masivo de los ciudadanos, la fuerte subida de los precios de los alimentos y los medicamentos, la crisis de la educación y del sector médico son todos estos trágicos resultados de la política social y económica del partido en el poder”. La guerra no sonaba suficiente razón para pasar de la crítica feroz a un hermanamiento (que es más que una opinión) tan insólito, lo que anoté en una columna y seguí rumiando.
En un viaje reciente pude leer Rusos de Putin, de Hinde Pomeraniec, que amplía y actualiza un libro anterior. Sobre el origen de los oligarcas rusos, cita a Isidoro Gilbert, corresponsal de la agencia soviética Tass en Argentina por treinta años: “… desde los años setenta había una economía paralela que solo podía existir con el visto bueno del partido y los aparatos de seguridad. ¿De dónde sale la plata con la que los primeros empresarios compran los famosos préstamos por acciones de la época de Yeltsin? (…) el dinero acumulado que provenía de ese mercado paralelo y pedía a gritos ser invertido. Los oligarcas fueron (…) las cabezas visibles de grupos mucho más grandes, grupos mafiosos”.
Como ex primer ministro de Yeltsin, Putin conocía esas historias. Al asumir la presidencia inicia un proceso de confrontación, que se ha descrito como “capitalismo de amigos” y “autoritarismo de mercado”, donde los oligarcas tenían que optar entre ser amigos y cumplir condiciones, o enemigos y pagar consecuencias. Hay ejemplos de ambos: Roman Abramovich, exitoso hasta ser recientemente denunciado por una compra amañada en 1995, que multiplicó por 52 su inversión en 10 años; y Mijail Jodorkovsky, quien pasó de ser el hombre más rico de Rusia y número 16 global según Fortune, a ser apresado y pasar 10 años en Siberia acusado por fraude y evasión de impuestos. Fue indultado por Putin en 2013 (en 2012 Moscú había perdido la opción de organizar los Juegos Olímpicos) y declaró en 2018 que no tenía seguridad porque si Putin ordenaba matarlo, nada lo podría impedir.
Cuando un partido político demuestra admiración a Putin, razones para preocuparse sobran: una fortuna inmensa e indebida a través de testaferros, muerte de varios enemigos en circunstancias sospechosas, violación de derechos humanos, corrupción, amenazas a periodistas, fake news y una cadena de etcéteras.
La vinculación con actividades económicas ilícitas y abiertamente ilegales en los hechos merece vigilancia. En el transporte informal, el cultivo de coca y, más recientemente, en la minería informal, con el apoyo de Bellido y Paredes Terry, ha habido acciones concretas de Perú Libre (y sus derivados) buscando representar esos intereses. No es el único partido político que puede ser vinculado, sin duda, como se ha visto en el Congreso con estos y otros temas, pero sí el más proactivo en aprovechar que ahí hay gente y plata para armar la pampa.
PUBLICIDAD
ULTIMAS NOTICIAS
Imagen
Imagen
Imagen
PUBLICIDAD