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[OPINIÓN] Gabriel Ortiz de Zevallos: Peor que la del Papa

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Sonreír mientras te jalan el pelo requiere convicción, disciplina y una falta de lectura del entorno político muy fuertes. Si alguien le ha vendido la idea a la presidenta de que formar un partido político, aprovechando nombramientos, es una buena estrategia para durar hasta 2026 y enfrentar las acusaciones que casi inevitablemente le llegarán después, le está vendiendo la plaza de armas. Lanzar caramelos en Ayacucho es exponerse a terminar de piñata, por simple sentido común, sin necesidad de leer informes de inteligencia (que algunos medios señalan que sí hubo). Responder con cambios en la PNP que no tienen sustento legal y que el ministro del Interior tiene que inventar conceptos en el Congreso para negar lo obvio, mientras él mantiene su puesto en medio de un malestar en la PNP que se hace evidente, siendo la inseguridad ciudadana el principal problema que el país enfrenta, es incomprensible. Si los estados de emergencia no sirvieron (como lo advirtieron todos los especialistas en distintos medios) sería responsabilidad del ministro del Interior, principalmente, y en todo caso, del primer ministro, que bautizó inicialmente como plan Boluarte a lo que claramente no había sido planificado, por el propio hecho de haberse anunciado desde Nueva York, en vez de mensajes más positivos.
La presidenta tendría razón en pensar que, si intenta cambiar al primer ministro, mientras se mantenga el voto de investidura, estaría a merced de lo que le pida la amalgama extraña que hoy logra mayorías en el Congreso. Y el primer ministro en hacer valer esa carta (aunque pide esa reforma constitucional pronta). ¿Qué impide hacer cambios en Interior? Es obvio que combatir el crimen necesita, como mínimo, una PNP que no sienta manoseo político, además de liderazgo, organización y recursos para asegurar que toda la cadena PNP - Fiscalía - Poder Judicial – INPE funcione coordinadamente, al menos para el crimen organizado, y se necesita cuanto antes, porque si ya estamos llegando a que un joven de 18 años es asesinado por un secuestro de 400 soles, si no hay un cambio de timón drástico, pero que sí ataque problemas de fondo, es la aprobación a su gobierno lo que va a verse aún más afectada. Obviamente, alguien serio para enfrentar un problema gravísimo como este, impondría condiciones. ¿Será que la definición de prefectos y subprefectos es competencia de ese ministerio y parte de la estrategia fallida a la que parece estar apostando?
Que le jalen el pelo a una presidenta da la vuelta al mundo. Y este año, Perú es sede de APEC. Todas las embajadas están obligadas a informar a sus países de estos asuntos, más si existe la posibilidad de que altas autoridades vengan a Perú. ¿Cómo vamos a proteger a altos dignatarios en medio de esta crisis brutal de seguridad ciudadana, más el malestar social que inevitablemente genera la crisis económica y la poca empatía que se desprende de errores políticos como este? Los peruanos no lavamos los trapos sucios en casa, en ningún lado del espectro político. O, peor aún, ni siquiera los lavamos en serio, sino que lo sacudimos y punto. Acabamos de vivirlo con motivo del lanzamiento de la campaña Perú WOW y el bloqueo de la línea férrea a Machu Picchu. A medida que se acerque APEC, más estaremos en la prensa mundial con todo el forcejeo y la exhibición urbi et orbi de la mugre interna, que no es poca.
Si el Gobierno no entiende que tiene que hacer cambios sustanciales en varios frentes, APEC y el Bicentenario de la Batalla de Ayacucho nos van a sacar una foto atroz.
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