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[OPINIÓN] Hugo Palma: “¿Hermanos o compinches?”
“Hoy la moda latinoamericana es insultar al Perú. La nueva marea roja, más tóxica que la primera, necesita liquidar nuestra soberanía...”.
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Fraternidad y democracia de gobiernos latinoamericanos son nuestros cuentos chinos favoritos. El Perú es un Estado con derechos e intereses nacionales propios. Primero, nuestra soberanía, independencia, integridad territorial, democracia, Estado de derecho, la vida y libertad de nuestra gente, identidad cultural y la Constitución como caudillo; Miguel Grau. Luego lo demás, si se nos respeta como se debe.
Hoy la moda latinoamericana es insultar al Perú. La nueva marea roja, más tóxica que la primera, necesita liquidar nuestra soberanía para no perder la presa que creyó ganada con Castillo. Prieto, Boric, Fernández, Arce, Castro, Ortega y López Obrador chillan en coro y nos dicen qué hacer. Díaz Canel y Maduro callados, pero dirigiendo todo. ¿Afinidad ideológica? Obvio. Son astros del Foro de San Pablo, Grupo de Puebla y asambleas constituyentes permanentes. También hay mucho dinero. Los citados y otros conviven con las economías ilegales para inmenso provecho mutuo. El politólogo Sánchez Berzaín alerta de agrupaciones “progresistas”, máscaras de organizaciones criminales para delinquir y que el Perú está para “repartirse”.
¿Fraternidad? Veamos. Argentina 1982, Malvinas: apoyamos con armas, gestión presidencial, etc. 1995: entorno de Menem vende armas a fuerzas ecuatorianas agrediendo al Perú. Bolivia. Nos dejamos arrastrar a una guerra funesta de la que se cansó al año y se llevó sus tropas. En los setenta, negoció con Chile sin informarnos y hoy, con Morales y apoyo de separatistas, entreguistas y violentistas, se apresta a adueñarse del sur del Perú. Nicaragua. Apoyamos por años la revolución, caída de la dictadura y pacificación. Chile. Su interés nacional le impone prudencia en la relación bilateral, pero Boric, como Castillo, se va de boca porque lo de ellos es otra cosa.
Es Cuba y el castro-chavismo. La isla necesita al Perú porque sin recursos de otros no puede ni comer. De ahí la alianza con Morales, que nos odia y quiere, con Runasur y su Maskaypacha, recomponer el mundo andino y enorme costa en el Pacífico. Son muy activos en la lucha mundial contra la libertad, la democracia y los derechos humanos. Como viene con “lluvia de millones para sus héroes”, permanencia indefinida en el poder omnímodo e impunidad garantizada pues no habrá “vuelta atrás”, es irresistible para quienes “se sacrifican por el pueblo”. ¿Imposible? Para nada. Malaparte explica en su Técnicas del golpe de Estado que los extremos pueden destruir la democracia hasta sin apoyo popular. Es tarea de grupos entrenados en hacerse del control estatal, atacando sus sectores más sensibles, como instituciones vitales, servicios públicos y medios de comunicación.
Aquí y ahora, la conjunción de intereses extranjeros con los internos bien conocidos, financiados y hábilmente activados, es el mayor riesgo para la supervivencia de nuestro país. Por el apremio de la caída económica, embestirán aún más brutalmente. Pausa no es tregua ni abandono. Basadre nos previno: “Que el Perú no se pierda por obra o inacción de los peruanos”. Si no lo hacemos nosotros, nadie nos salvará. Y los de afuera, por pudor, no nos llamen hermanos.
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