[Opinión] Inés García Belaunde: “Valor bajo el producto”

Fecha Actualización

02/06/2022 - 07:00

A pesar de su muerte treinta y cinco años atrás, Andy Warhol y su pintoresca manera de observar el mundo y la cultura contemporánea siguen siendo relevantes para nuestra sociedad. Hace poco fue noticia que uno de sus retratos de Marilyn Monroe, pintado en 1964, fue vendido en una subasta por 195 millones de dólares, convirtiéndose en una de las obras más caras vendidas en subasta.

Por pura coincidencia, hace poco fue estrenado en Netflix un documental que detalla la vida del artista. En Los diarios de Andy Warhol se intenta retratar una nueva visión del pintor estadounidense, una enfocada más en su vida privada que sus obras. La miniserie busca humanizar al excéntrico artista adaptando el contenido que escribió él mismo en sus propios diarios, destacando sus relaciones amorosas como gran inspiración en su vida. Sirviéndose tanto de los diarios, como de entrevistas brindadas a personas cercanas al círculo de Warhol, la serie documental llega a dar a conocer a fondo la figura del pintor. Prioriza humanizar y comprender la psicología del autor, que analizar sus obras, un ejercicio recurrente y que ya ha sido explorado en otras producciones.

El documental nos ayuda a comprender el modo de pensar de Warhol, las circunstancias que moldearon su mente para crear sus obras. Desde su orientación sexual hasta su religión, diferentes elementos y personas de su vida afectaron su arte.

El artista siempre mostró elementos de introversión y una búsqueda constante por ser aceptado. Asimismo, la soledad lo acompañó durante toda su vida. Dudaba de la autenticidad del amor, pero también temía el abandono.

Pero en donde falla justamente el documental es que, puesto el foco en su vida personal, se detiene en hechos que pertenecerían a una prensa amarillista. Prejuicios contemporáneos a un hombre que no llegó a conocer sobre problemas culturales modernos.

Más allá de eso, Los diarios de Andy Warhol desea encontrar al hombre tras la peluca y los extensos lentes. El corazón tras el plástico, por así decirlo. Íntima, emocional y reveladora.

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