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[OPINIÓN] José Luis Gil: El falso centro
Queda demostrado pues que no hay centro en ninguna de sus formas.
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No cabe duda de que el tradicional esquema político en el país, constituido por la izquierda, el centro y la derecha, ha cambiado radicalmente luego de este interminable proceso electoral que aún sufrimos los peruanos. La izquierda extrema y terrorista de SL y MRTA (incluida el Vraem), los socialistas a los que representan Vladimir Cerrón y Guillermo Bermejo, y los llamados antisistema (con la misma narrativa de izquierda pero blandiendo banderas étnicas y medioambientales) son el mosaico rojo que tienen un solo objetivo, implantar el sistema socialista en el Perú.
Por el centro se ubicaron cómodamente los progresistas, cultivados silenciosa e inteligentemente con la narrativa de la izquierda, que emergió de las canteras universitarias de los programas de ciencias sociales de la PUCP y les permitió expandirse (y ubicarse) rápidamente en las élites académicas y políticas en el plano nacional e internacional o diplomático, gubernamental y de la llamada sociedad civil. Su discurso permanente de centro y concertación logró confundir a muchos debido a lo grisáceo de los orígenes ideopolíticos de dicha postura y al camuflaje democrático que utilizaban.
Por otro lado, la derecha generadora de riqueza y trabajo para las mayorías, que fue ganada por la soberbia, la pusilanimidad, el conformismo y el triunfalismo (además de los círculos de poder y corrupción a los que sucumbió), que contribuyeron fuertemente con la construcción de una narrativa perversa creada por la izquierda (y los progresistas), la cual instalaron con mucha facilidad en el imaginario popular; de esta manera hoy ya casi nos creemos el cuento de que Abimael Guzmán fue un “luchador social” y Keiko Fujimori la “jefa de una organización criminal”. Peor, imposible.
El comportamiento de la izquierda en estas elecciones no nos sorprende tanto como el develamiento de la verdadera postura de los progresistas, que en realidad no tenían el espíritu concertador de centro para salir de la crisis sanitaria, económica y de seguridad de todos los peruanos, sino que casi instintivamente apostaron por el socialismo. La excusa utilizada por ellos, que lo hacen por el país y que llegarán a “dominarlos”, les explotará en la cara más temprano que tarde.
Queda demostrado pues que no hay centro en ninguna de sus formas, sino cómplices de una conspiración internacional que quiere apoderarse del Perú y de otras naciones como Chile y Colombia, los más renuentes a hincarse ante la imagen de Castro, Chávez, el Che o Maduro.
Por eso, hoy la tarea es conformar el frente democrático nacional e internacional, modernizar el planteamiento ideológico y político de la derecha tradicional, fortalecer el trabajo de los partidos políticos, conquistando ciudadanos demócratas y construyendo una nueva narrativa que tenga como sustento luchar por la vida, la paz, la libertad y la democracia.
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