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(Opinión) José Luis Gil: La “Trillerpolítica” de hoy
En los próximos días seguirán saliendo más evidencias y testimonios que terminarán por sepultar a Castillo.
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Esta ha sido una semana de terror para los peruanos. En efecto, luego de la crisis generada por la súbita renuncia del fervoroso defensor de Pedro Castillo, el siempre adusto exministro de Defensa Daniel Barragán Coloma, fueron designados en altos cargos dos ex generales del Ejército: Wilson Barrantes Mendoza, como director de la DINI, y Emilio Bobbio Rosas, como ministro de Defensa. Las historias detrás de ellos, por su relación con el Movadef y con Antauro Humala, respectivamente, preocupan porque ambos no nos dan ninguna garantía de independencia ni de lucha contra las amenazas al país. La seguridad interna y la seguridad nacional, ambos personajes las han puesto o están en peligro. Sin embargo, la ambición por el poder y el dinero ha juntado a dos enemigos a muerte.
Pero el panorama se oscureció mucho más para el gobierno cuando ayer, el exdirector de la DINI José Luis Fernández Latorre irrumpió en el escenario nacional lanzando acusaciones de grueso calibre contra el presidente Castillo. Fernández, audios en mano, viene confirmando la tesis fiscal de organización criminal y corroborando el uso del poder para permitir la fuga de familiares y amigos de Castillo procesados por corrupción. La validez del testimonio de Fernández Latorre es por haber sido la más alta autoridad materia de Inteligencia, quien, sin someterse a la colaboración eficaz (según su versión) ayuda a las investigaciones (congresales y penales). Aprecio el hecho de contar la verdad sin temores por parte de Fernández, pese al tiempo transcurrido. Con todo, esperamos que esto ayude al país a salir del hoyo en el que nos encontramos.
Por otro lado, también se conoció la carta de renuncia del director de Inteligencia de la DINI, Javier Sotomayor Rutte (un escalón menor a la jerarquía del Director Nacional DINI), en cuya misiva dirigida al recientemente nombrado Wilson Barrantes, le dice: “…no habiendo encontrado coincidencias con el equipo de trabajo que Ud. lidera en relación a las funciones que debe cumplir la DINI…”; asimismo dice: “…(renuncio) recomendándole una gestión alejada de fines políticos”, deja claro que no estaba dispuesto a prestarse a ningún juego político para favorecer al gobierno, mucho menos fuera de la ley. Al menos, estaríamos viendo algo de decencia en Fernández y Sotomayor en medio de tanto charco de corrupción.
En los próximos días seguirán saliendo más evidencias y testimonios que terminarán por sepultar a Castillo y su gavilla de delincuentes. La única salida viable ahora para el país es la vacancia de Pedro Castillo y la renuncia de Dina Boluarte, porque ambos encarnan un gobierno probadamente corrupto y el país no aguanta más. Persistir en una inocencia inexistente es un insulto a la inteligencia del pueblo peruano. Renuncien ambos y demos paso a una nueva etapa para el país. Sí se puede.
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