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[OPINIÓN] José Luis Gil: Luchar sin calco senderista
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No existe ninguna duda de que la lucha emprendida por los libertarios y demócratas para salvar al país de las fauces comunistas, socialistas y hoy los siempre solícitos progresistas, recién empieza. Las marchas y el entusiasmo ciudadano expresado en un tejido social que va agarrando cuerpo a punta de voces enérgicas e indignadas, redes sociales, publicaciones, destapes y pechadas contra la masa zombi que repta por los pasillos de Palacio de Gobierno, nos dan la esperanza que estamos emergiendo cubiertos por la única bandera que queremos, la del Perú.
Las llegadas recurrentes al país de la odiosa figura de Evo Morales en sus (¿narco?) avionetas, para mostrarnos su “humilde” vestir mientras devora un tartar de salmón y un vino francés, no oculta el hecho de estar desarrollando una estrategia separatista en el discurso del “socialismo”, “revolución” y “lucha de los pueblos”. Las oscuras intenciones de “unir las naciones aimaras” de Perú y Bolivia, no son solo para ampliar sus linderos del poder, sino también para servir al proyecto “bolivariano” de Nicolás Maduro. Ampay, Evo, conocemos la jugada.
Pero no solo son las nefastas circunstancias políticas que nos preocupan, sino también la creciente inseguridad ciudadana, la cotidiana, aquella que afecta todos los días al ciudadano de a pie. La falta de una estrategia de la mayor parte de gobiernos ha motivado que esta haya evolucionado a niveles muy preocupantes, tanto para las autoridades como para los ciudadanos.
En medio de los cuestionamientos de orden político al ministro del Interior, Luis Barranzuela, exigimos que elija expertos en materia de seguridad, investigación e inteligencia para tratar de paliar las angustias que produce la inseguridad. Demuestre que aún ama a la Policía Nacional, al país y respeta el lema de Honor y Lealtad, designando personas idóneas y disponiendo la captura inmediata del (a) ‘Pinturita’ y los otros delincuentes de Perú libre, requeridos por la justicia.
A los designados, si son expertos y creen que realmente ayudarán a luchar contra las amenazas a la seguridad, no les debe invadir un equivocado espíritu de indignidad o de traición al país, por el contrario, deben asumir las responsabilidades que el Estado ( aún no socialista ni comunista y cuyo proceso lo vamos a conjurar) y la Constitución Política vigente mandan. No podemos pretender destrozar o destruir el Estado (al puro estilo senderista) con el pretexto de luchar contra el comunismo.
A aquellos que deben pelear desde adentro, ya sea ocupando cargos sensibles o por la seguridad frente a las 10 amenazas contra el país, les decimos hoy que no les debe preocupar que algunos hayamos asumido la lucha en las calles hasta la vacancia de este gobierno, que es y será nuestra trinchera hasta el final del proceso.
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