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[OPINIÓN] José Luis Gil: Un paso al frente
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Es evidente el entusiasmo Perú Libre y de Los Dinámicos del Centro por conseguir su “nueva Constitución”, con el decidido activismo palaciego y con una inobjetable alianza senderista, dejando en último plano las reales necesidades y sufrimientos de los ciudadanos: salud, economía, seguridad y futuro. La indolencia que los embarga a quienes hoy detentan el poder les pasará factura cuando los ciudadanos adviertan que están siendo llevados a rastras a un cruento “túnel del tiempo” hacia el pasado.
Sin embargo, no todo está perdido. En los últimos meses, luego del cuestionado triunfo del hombre del sombrero y pese a algunos exabruptos e intereses políticos de poca monta, la oposición al gobierno de Pedro Castillo ya la conforma (aún de manera no orgánica), un gran conglomerado ciudadano integrado por algunos partidos políticos, movimientos civiles, militares, policiales, colectivos de jóvenes y adultos de todos los sectores sociales, medios de comunicación y empresa privada, entre otros.
Esta expresión ciudadana mayoritaria, aún sin un líder con legitimidad identificado plenamente para dirigir esta acción independiente, debe avanzar de manera sostenida, demostrando un civismo combatiente y un verdadero respeto por la democracia, volcándose a las calles para expresar con firmeza su rechazo al comunismo rampante y la necesidad de vencerlo con la fuerza de las calles. Por esto, las aventuras golpistas que los “dinámicos” se esfuerzan en “denunciar”, están totalmente descartadas.
Los operadores políticos como Bermejo, ‘Pinturita’, Bellido y Cerrón solo están aprovechando aquellos espacios sociales que la política local ha abandonado. Es momento de tomar esos espacios dándole la oportunidad a la población de tener una propuesta coherente y democrática y no aquella que solo los condenará a la pobreza en los próximos años.
Ya es momento que se consolide el Frente Patriótico por la Libertad y la Democracia (sin ser partido), que incluya a todo aquel que enarbole banderas libertarias. No debemos esperar a que aparezca un líder para que el proyecto avance; por el contrario, debemos asumir las tareas pendientes de consolidar organizaciones, estructurar una estrategia coherente para hacerle frente a la arremetida comunista que está ganando las calles, las redes y construyendo su propio aparato mediático. Por eso, sugerimos que las marchas que se programen en provincias sean complemento de actividades académicas, sociales y culturales.
Los demócratas y libertarios debemos dar un paso al frente, porque tienen absoluto derecho, en estas circunstancias, para exigir a sus líderes que luchen por la unidad y, de ser posible, reconvenirlos y reorientarlos en el camino que se hayan trazado, porque la patria exige hoy unidad, solidez, organización, estrategia, voluntad y pasión por el Perú. ¡Sí se puede!
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