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[Opinión] Mario Guerrero: “Una mirada desde el centro del Perú”
“Urge que los gobiernos subnacionales prioricen acciones encaminadas a afianzar la reducción de la pobreza”.
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En un reciente recorrido por la región Junín, observamos cambios importantes en su estructura económica. El desarrollo de importantes proyectos mineros ha impulsado la participación de la minería en el producto de la región de 17% a 28%, en el lapso de una década, según el INEI. El potencial se mantiene, pues los proyectos mineros identificados actualmente involucran inversiones por US$1,600 millones. En términos de valor de la producción, estos equivalen al 17% del PBI de la región, según cálculos propios. Las telecomunicaciones, el acceso a Internet y la tecnología también han aumentado su participación hasta alcanzar el 5%. Ello ha permitido que el crecimiento económico de la región Junín (5.5% durante los 10 años prepandemia) supere al crecimiento promedio nacional (4.5%). Este es un dato importante por su impacto en la pobreza, pues es Junín la región que mostró el mayor retroceso de la pobreza en 2022.
Por ello, urge que los gobiernos subnacionales (GORE y gobiernos locales) prioricen acciones encaminadas a afianzar la reducción de la pobreza y mejorar la competitividad de la región, la cual se ha mantenido estancada en los últimos diez años. El nivel de ejecución de la inversión pública se ha mantenido alrededor del 65% del presupuesto institucional de apertura (PIA) y la aprobación de la gestión regional ha pasado de 38% a solo 19% en ese mismo lapso, reflejando creciente insatisfacción. Revertir estos resultados es el desafío de la gestión que este año iniciaron nuevos gobiernos subnacionales.
Tres pilares para empezar: marco institucional —por ejemplo, bajo desempeño del sistema de justicia y alta percepción de inseguridad—, mercado laboral y entorno económico. La cantidad de maquinaria e infraestructura económica por trabajador se ha mantenido estancada, lo que influye en un mercado laboral que no muestra progresos, con alto nivel de informalidad y deterioro del poder adquisitivo.
El fenómeno de El Niño no ha provocado daños significativos en la región, al menos durante la primera mitad del año. La producción agrícola interna se contrajo -3.6% y la destinada a la exportación y la industria, -0.8%. Ello incidió en que la inflación de Junín se ubique por debajo de Lima, siendo una de las ocho regiones que muestran una rápida desaceleración del nivel de precios. Al ser de las regiones menos afectadas, por ahora, es importante impulsar la recuperación de nuestro país desde el centro del Perú.
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