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[OPINIÓN] Miguel Cardozo: “Desarrollo territorial urgente”
“Se necesita una mezcla de inversiones públicas y privadas que aprovechen las oportunidades locales (como el turismo y el comercio) y generen una economía autosostenible ”.
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Fecha Actualización
Por: Miguel Cardozo, presidente de PERUMIN 36
El estancamiento económico, desempleo, pobreza, las brechas sociales, la poca atención a las necesidades básicas y otras deficiencias que afectan la calidad de vida de los peruanos, generan un evidente descontento, pero no justifican los violentos enfrentamientos ni los continuos ataques a la propiedad pública y privada. Los promotores de estos actos no persiguen el bien común, sino intereses particulares y políticos, manchando el derecho a la protesta de peruanos que viven alejados de la prosperidad.
El desarrollo territorial en los pueblos del Perú es un imperativo. Lograrlo requiere de un proceso eficiente para construir un entorno social que involucre el aprovechamiento de las características geográficas y riquezas de un determinado ámbito, la sinergia entre actividades productivas, el trabajo individual y colectivo, la tecnología, el cuidado del medio ambiente y la visión cultural de la población.
La infraestructura que se requiere para el bienestar de las personas se construye con recursos. En zonas altoandinas, los desafíos para lograrlo son diversos: la complejidad geográfica, el desarrollo logístico, los recursos económicos, las capacidades técnicas, etcétera. Por ello, son privilegiadas aquellas comunidades donde ya se desarrolla una actividad productiva intensiva, tanto en minería como en agroindustria.
El desafío en estas zonas es canalizar los recursos que estas actividades generan en obras que la gente necesita. Diversos factores han limitado este trabajo: burocracia, poca planificación y –quizás uno de los más graves– la corrupción. Que cada año la Contraloría identifique más de S/20,000 millones perdidos en administración pública es un escándalo.
En otras zonas, donde no hay actividades productivas intensivas, se necesita una mezcla de inversiones públicas y privadas que aprovechen las oportunidades locales (como el turismo y el comercio) y generen una economía autosostenible en base a buenas carreteras, conectividad, servicios de telecomunicación, saneamiento, etcétera. Preocupa que las inversiones privadas bordeen el 0% de crecimiento en 2022 y, en el caso de minería, que se estime una disminución dado a la falta de nuevos proyectos. Hemos perdido competitividad por la inestabilidad política y social; y ello reduce oportunidades de trabajo para todos.
Debemos recuperar el diálogo entre autoridades, empresas y comunidades. Solo la cohesión de esfuerzos hará posible generar oportunidades para las personas. No nos demos el lujo de seguir postergando el progreso colectivo y descentralizado de nuestro país.
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