[Opinión] Patricia Teullet: “Ustedes tienen salud y educación”

Durante el partido con Australia alguien mandó un tuit que decía: “Por favor, Australia, ustedes tienen salud y educación; este partido es todo lo que tenemos”. Y, lamentablemente, hay mucho de verdad; pero porque así decidimos los peruanos que fuera y que siga siendo.

Con un PBI per cápita de US$52,000 en 2020, comparado con los US$6,000 del Perú, Australia ha hecho enormes esfuerzos (o reformas) en sectores sociales y productivos que han logrado ubicarlo en el octavo lugar en el IDH (el Perú ocupa el puesto 78). Australia, el sexto país más grande del mundo, y que en el siglo XVIII era destino de prisioneros, destaca ahora por contarse entre los países con menor corrupción en el mundo (puesto 18 vs. el 105 del Perú en el ranking).

Los avances logrados permiten que hoy Australia sea un exportador de servicios, como educación (tal vez la exportación con mayor valor agregado posible) y, simultáneamente y sin avergonzarse, tiene en la minería su mayor fuente de ingresos. A diferencia de los peruanos, que luchamos contra esta actividad productiva, los australianos han sabido crecer y desarrollarse a partir de ella: efectivamente, han convertido sus réditos en educación y salud, y también en infraestructura y hasta entretenimiento.

Por eso, Australia no solo nos ganó en fútbol: justo cuando los precios de los minerales están altos, los peruanos decidimos ir contra la minería y así, este año hasta fines de mayo se había dejado de producir US$770 millones y dejado de percibir US$195 millones en impuestos y regalías. Sin embargo, es más relevante aún la pérdida que se origina cuando la minería formal es reemplazada por la ilegal (que es exactamente lo que pasa cuando ahuyentamos a la inversión de calidad, que tiene que cumplir con elevados estándares antes, durante y después de la operación minera). Desafortunadamente, ya la Sra. Boluarte expresó su poco informada y sesgada opinión, frente a los inversionistas del mundo, acusando a la minería equivocada.

Finalmente, cuidado con las intenciones ocultas: estatizar es solo una manera de los gobernantes y sus amigos de enriquecerse ilícitamente, y más aun con las licitaciones de hoy.