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[OPINIÓN] Paul Montjoy Forti: La literatura amazónica es literatura peruana
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La Amazonía siempre ha estado marginada en la tradición literaria peruana. Los grandes estudiosos de esta, como Cornejo Polar o Luis Alberto Sánchez, dedicaron muy pocas palabras (por no decir ninguna) para referirse a la literatura amazónica. Incluso, los rostros más visibles del indigenismo peruano, como Clorinda Matto de Turner, José Carlos Mariátegui o José María Arguedas representaron siempre al contexto andino, que es muy diferente (casi como agua y aceite) al amazónico.
En las últimas décadas, felizmente, ha nacido un profundo interés en estudiar a la Amazonía como un centro que también produce cultura. Esto ha llevado que diversos antropólogos se hayan dedicado, desde el último tercio del Siglo XX, a registrar y rescatar las piezas literarias contenidas en poesía, canciones, e himnos transmitidos en distintas lenguas nativas. El mes pasado, con éxito, se celebró la Feria Internacional del Libro de Loreto (FEL-Loreto 2023) y, la semana pasada, la Casa de la Literatura Peruana ha premiado al escritor iquiteño Roger Rumrrill.
La literatura amazónica tiene un periodo prehispánico en el cual se funda la tradición oral, trasmitida en lenguas nativas. Son muchos los mitos y leyendas provenientes de esos tiempos que forman parte de la cosmología de las diversas etnias en nuestra selva. Con la llegada de los españoles, se enviaron misiones jesuitas a la Amazonía, estos registraron lo que vieron a través de crónicas (Gonzalo Fernández de Oviedo, Toribio de Ortiguera, Pedro de Cieza de León, entre otros) y reinterpretaciones propias de lo que los indígenas les contaban. Nace, en ese periodo colonial, el mito de El Dorado y se empieza a tener una visión extractivista de la selva. El mismo nombre “Amazonía” proviene de esos tiempos, cuando asemejaron a las amazonas griegas con los indígenas del lugar.
Con la llegada de la lengua española se produce un mestizaje cultural, especialmente en las reducciones y pequeños pueblos controlados por los religiosos. Aparecieron los primeros escritos de autores locales en castellano, como “Canto al Amazonas” de Fabriciano Hernández. Después de la independencia existió la necesidad de colonizar la selva por parte del estado peruano, especialmente porque esos territorios se encontraban en disputa con Brasil, Colombia y Bolivia. La necesidad de colonización originó la fundación de las principales ciudades de la Amazonía y la explotación del caucho hizo que la selva sufriera un intenso proceso de migración de personas provenientes de otros lados del Perú.
El mestizaje se intensificó y se empezaron a utilizar nuevos géneros literarios como la novela, que se utilizó para denunciar los abusos en contra de las etnias, y formatos de publicación corta con carácter educativo como la revista “Trocha”, en la cual escritores locales publicaron sus primeros cuentos, artículos y poemas. En 1942 se publicó Sangama del escritor Arturo D. Hernández. A pesar de ello, la literatura amazónica no tuvo cabida en un país culturalmente centralista, el mundo literario limeño la calificó como una literatura sin calidad. No fue hasta después que el tema amazónico, especialmente debido a los abusos del Putumayo, llamó la atención de escritores como Ventura García Calderón (“Cuentos peruanos”), Ciro Alegría (“La serpiente de oro”) y Mario Vargas Llosa (“Pantaleón y las visitadoras”, “La casa verde” y “El sueño del Celta”). Sin embargo, la visión de estos autores plasmada en dichos escritos es controversial porque suelen caer en la estigmatización y exotización de la selva.
Un hito en la literatura amazónica es la publicación de “Las tres mitades de Ino Moxo y otros brujos de la Amazonia” de César Calvo, libro que fue traducido a al inglés y que acaparó la atención de las élites limeñas y la academia internacional. Se trató del primer escritor de origen amazónico con una literatura reconocida internacionalmente. El tropo de la Amazonía empezó a abrirse espacio en nuestra literatura nacional, posteriormente se publicaron novelas como “Orquideas en el paraíso” de Enrique Planas, “La isla de Fushía” de Irma del Águila, “La virgen del Samiria” de Róger Rumrrill, entre otras. También se empezó a publicar los registros de las piezas literarias escritas en lenguas amazónicas. Hoy se conoce mucho mejor las cosmovisiones de las etnias amazónicas, la importancia de la sangre, la influencia del agua y como esto está vinculado con mitos y obras de gran valor literario, gracias a los trabajos de la antropóloga Luisa Elvira Belaúnde.
Todo esto, que compone la literatura amazónica, es una parte fundamental de la tradición literaria peruana.
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