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[Opinión] Richard Arce: De los periódicos ‘chicha’ a los fake news
Si alguien ha tenido la oportunidad de pasar por las inmediaciones de la Plaza de Armas se va dar con la ingrata sorpresa que todo esta cerrado y no se permite el acceso a cualquier ciudadano de a pie que, evidentemente, se moviliza, por trabajo, estudio o inclusive por turismo.
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Si alguien ha tenido la oportunidad de pasar por las inmediaciones de la Plaza de Armas se va dar con la ingrata sorpresa que todo esta cerrado y no se permite el acceso a cualquier ciudadano de a pie que, evidentemente, se moviliza, por trabajo, estudio o inclusive por turismo.
Ahora se requiere un salvoconducto para llegar hasta la fontana o las rejas de Palacio que diga que eres sindicalista o cualquier supuesto representante de organizaciones sociales de fachada para que puedas hacer tu cola e ingreses al mitin de campaña de Pedro Castillo.
Esto incluye la atención y agasajos cortesanos. Y tiene como aperitivo comerte todos los discursos afiebrados de Aníbal Torres y su séquito de pongos, que aúpan al presidente en sus delirios de un supuesto respaldo popular de las autodenominadas organizaciones vivas.
La estrategia funciona, por supuesto que sí, porque como buen seguidor de Hitler, están aplicando el manual de manipulación de masas, con la victimización y el pretexto marxista de “la lucha de clases” como colofón a sus delirios de persecución.
Esto viene acompañado por una muy buena estrategia desde las redes sociales, las cuales están inundadas de fake news y medias verdades. Estas incluyen publicidad en Facebook y en los portales que tenían cierto nivel de credibilidad en otras épocas cuando los corruptos estaban al frente. Ahora han vendido su línea y se dedican a descalificar a los críticos del Gobierno y sobre todo a las autoridades judiciales que realizan su trabajo.
Antes tuvimos los periódicos ‘chicha’ como instrumento de adocenamiento; se pagaba millones desde el SIN de Montesinos. Ahora tenemos las “redes sociales chicha” para torcer la verdad y contar la historia edulcorada de victimización, para negar la corrupción del Gobierno.
Estamos atentos a sus jugadas, sabemos que el siguiente paso es exacerbar la polarización para desencadenar la violencia, como pretexto de impunidad.
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