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[OPINIÓN] Richard Arce: “Ladrones de siete suelas”
“La justicia en el Perú sí funciona para el caso de los expresidentes y si fuéramos China ya estarían preparando el paredón para Toledo”.
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Ante la inminente detención del expresidente Alejandro Toledo, según la resolución emitida el día de ayer por el juez Hixson, que lo obliga a entregarse ante la justicia americana para este viernes, estaríamos presenciando un hecho inédito, porque vamos a tener en la Diroes a tres expresidentes presos, involucrados y sentenciados por casos de corrupción.
Y no olvidemos que, en los casos de Humala, PPK y Vizcarra, los procesos judiciales ya están avanzados y pronto acompañarán al séquito de expresidentes corruptos. Recordemos también que Alan García se suicidó para evadir la justicia, así traten ahora de reescribir la historia de corrupción del gobierno aprista.
Lo sorprendente en el caso de Toledo ha sido ver la ruleta de recursos legales presentados por sus abogados –que por cierto son onerosos– para impedir la eminente extradición; plata debe sobrarle a Toledo con tantas coimas. Y ha llegado a más. No tuvo ningún desparpajo de comparar nuestro sistema de justicia con algún país perdido del África; quedará para la anécdota esa odiosa comparación.
Porque si a alguien tuviéramos que reclamar, en el supuesto negado que nuestra justicia sea como Sudán o Etiopía, sería justamente a Toledo, que tuvo en su poder la conducción del país. La pregunta caería por su propio peso: ¿qué hizo él durante su gestión para aportar al desarrollo de nuestro sistema de justicia?
La realidad supera la ficción, lo que tenemos, una vez más, es una de las tantas patrañas a las que nos tiene acostumbrado un personaje mendaz y, sobre todo, timador, que se aprovechó de la indignación colectiva contra la dictadura fujimorista de los 90, para liderar una movilización social que nos ayudó a recuperar la democracia con la emblemática Marcha de los Cuatro Suyos.
Al final, la vincha que llevaba como símbolo de la protesta solo fue parte de la puesta en escena, del cholo sano y sagrado que entró a robar al erario. La historia política de Toledo es una farsa, desde la construcción de una imagen falsa para estafar a los peruanos. Tenemos la obligación de aprender la lección. La justicia en el Perú sí funciona para el caso de los expresidentes y si fuéramos China ya estarían preparando el paredón para Toledo.
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