[OPINIÓN] Richard Arce: “Los radicales imponen sus agendas”

Cada día se profundiza más la polarización en el país, los extremos radicales nos van ganando la agenda política, imponiéndonos sus delirios y angurrias por encima de la razón y el sentido común que debería expectorar cualquier pretensión altisonante de los extremos de derecha y de izquierda.

Una muestra es lo que acontece en el Congreso, donde el fujicerronismo se impone y con ello llevan a todo el Parlamento a abusos de poder y la destrucción de la institucionalidad, exponiendo a todo el país. Por lo pronto olvidémonos de nuestro ingreso a la OCDE. Recuerden que el país viene gestionando su admisión desde hace años y entendíamos que estábamos en la fase final, pero el Congreso acaba de tirarlo todo a la borda, con la complacencia del Ejecutivo.

La OCDE evalúa la gobernanza pública, que considera a la institucionalidad como cimiento del progreso económico y social de un país; para ello se requiere un equilibrio y separación de poderes, que se imponga el imperio de la ley sin ningún abuso y prepotencia y, además, se evalúa el nivel de confianza y respeto a las instituciones que componen el Estado.

El Congreso hace todo lo contrario y el escándalo ya es mundial, después del pronunciamiento del alto comisionado de las Naciones Unidas, Volker Türk, expresando su preocupación por las acciones emprendidas desde el Congreso en contra de la JNJ y el JNE; dejando a Torre Tagle sin piso, que hizo el ridículo comportándose como caja de resonancia de los arrebatos del Parlamento.

Pero la agenda de destrucción del Congreso sigue. Ahora quieren aprobar mociones para que el Perú denuncie el sistema interamericano de Derechos Humanos, a la CIDH, a la OEA, y en el colmo de los despropósitos, algunos congresistas irresponsables quieren que nos salgamos de la ONU. Típica actitud de dictaduras y gobiernos antidemocráticos, como lo han hecho Cuba, Nicaragua y Venezuela. Olvídense de la OCDE.

En ese contexto se acaban de cumplir 31 años de la captura de Abimael Guzmán, delincuente terrorista que sembró dolor y barbarie en aquellas décadas de demencia terrorista. Es un hito determinante para la victoria de nuestra sociedad sobre Sendero Luminoso. Momento oportuno para volver a recordar las recomendaciones del informe de la Comisión de la Verdad, para una verdadera reconciliación y generar memoria colectiva. Por si acaso es una tarea aún pendiente, no la imposición de los extremos que se aprovechan de estas circunstancias para terruquear a todo el mundo.