[OPINIÓN] Richard Arce: “No llores por mi Argentina (II)”

Se decide el futuro de la Argentina en el balotaje final entre Milei y Massa, que ha tenido este fin de semana el último debate presidencial, que ha levantado revuelo por lo que ha representado este espacio de encuentro cara a cara, para exponer sus propuestas de gobierno y desacreditar al otro, evidentemente.

Como lo dije en otro artículo, no me gustaría estar en los zapatos de los argentinos en este momento de decisiones, porque se tiene dos alternativas altamente cuestionadas, en medio de una profunda crisis económica con la inflación desbordante que pone al país al extremo. Ahora va a tener que decidir entre un candidato disruptivo y con serios problemas de ecuanimidad como es Milei y el otro que representa la continuidad y la corrupción del kirchnerismo.

Tal vez el símil no ayuda, pero se parece a la última elección en nuestro país, donde se tuvo que decidir entre Keiko y Castillo, sabiendo que los dos representaban la decadencia y ponían al elector entre la espada y la pared.

A estas alturas de la elección este tipo de debates permite esclarecer la votación de los indecisos y a veces es determinante por la estrechez de las diferencias en las preferencias electorales. Por tanto, resaltó mucho la capacidad y el desenvolvimiento de Sergio Massa, frente a un dubitativo y nervioso Javier Milei, que no tuvo el talante para arrinconar al candidato oficialista, ya sea por su inexperiencia o tal vez por su estridencia, que lo llevo por momentos a yerros monumentales, como expresar su admiración a Thatcher, sabiendo que es enemiga de los argentinos por lo de Las Malvinas.

El tema crucial era el económico y Milei perdió la maravillosa oportunidad de enrostrarle a Massa su negligencia y responsabilidad en la crisis de inflación que vive el país, se supone que es economista y podía tranquilamente desarrollar su propuesta, pero no, se quedó y fue bien aprovechado por Massa para dejarlo en ridículo y mostrarlo como alguien que no conoce de gestión pública y que sus propuestas son estridentes y solo pura demagogia.

El debate fue para Massa, pero veremos si le alcanza, porque tiene una carga pesada con la crisis económica y la corrupción de sus mentores, esa es una verdad de Perogrullo. Aunque con Milei no se sabe, como dice una milonga, el problema es el propio Milei.