[Opinión] Sonia Chirinos: Pasapalabra o la metáfora del esfuerzo

Pasapalabra es el concurso más popular de la televisión española, que acaba de ganar un muchacho de 24 años, Pablo, después de un año largo de intentos, en los que nos sorprendía con su cultura capaz de citar nombres imposibles, palabras extrañas, o regiones ignotas.

Cómo lo hizo, le preguntaron. Estudié. Me lo planteé como si de ganar una oposición se tratara.

“Opositar”, es término muy del contexto español. Evoca al método tradicional de acceso a la función pública española.

El opositor decide hincar los codos con una sola meta: Superar difíciles exámenes. Muchos pugnan por el mismo puesto (de fiscal, policía, cartero, médico…). Solo uno lo logrará. Lo que no significa fracaso. Significa seguir estudiando “hasta la siguiente”.

No es fácil mantener la tensión del estudiante, ante la incertidumbre del qué pasará. Pero el sacrificio del opositor lo convierte en una persona con una coraza especial, forjada, en soledad, por el tesón. Esfuerzo que lo hace inmune a la corrupción y a la holgazanería (que es otra forma de corrupción). El funcionario español no tendrá grandes sueldos, pero es consciente de su relevancia y de que es garante del funcionamiento de los servicios públicos, a la vez que inmune a los vaivenes políticos.

Un nuevo gobierno, no debería implicar cambios de sus servidores. Al contrario. Se precisa de sus conocimientos. Ellos son quienes sostienen de verdad el aparato del Estado. Tienen la memoria de cada institución. Son (o deberían ser) la garantía de que lo hecho, no se deshará al socaire del gobernante de turno.

Ojalá los Pablos de la administración peruana, no se vean devorados ni por novatos; ni por ignorantes (del funcionamiento de la administración) ni por ayayeros. Son lo peor.