[Opinión] Sonia Chirinos: ¿Qué hacer?

Durante 15 años ejercí como juez en la materia. Por mi tribunal pasaron hombres de todas las condiciones y culturas. Intenté hallar un “patrón”. No lo hay.

Una historia que me conmocionó fue la de una pareja española. Ella, graduada en Medicina en Estados Unidos. Investigadora brillante. Él, hijo de una acaudalada familia, dueña de hospitales.

La joven tuvo la ocurrencia de verse con “otro”. En su departamento. Él, ignorante de lo que iba a encontrar, quiso sorprender a su amada, y la sorpresa se la llevó él. Su reacción fue terrible. La de ella también, porque se dejó torturar. El novio, cada vez que ella intentaba explicarse, la golpeaba. En la cara, en el cuerpo, en la cabeza, en el oído hasta estallarle el tímpano. Ella, con una incomprensible sumisión ancestral, se dejaba. Él, asustado de su brutalidad, la sacó del departamento como pudo. Ella regresó, y entonces terminó el novio su “trabajo”. La dejó medio muerta en las puertas del hospital. Él me reconoció que nunca había hecho nada igual. Pero lo hizo.

¿Alguien se atreve a dar una explicación a lo sucedido? Alguno apuntará el dedo contra la joven. Fue “descubierta”, dirán. Se lo merecía, dirán. La culpa es de ella, sentenciarán. Y los que rechazan esta realidad dirán que es la prueba de que no existe. Que ella le provocó.

Señores, eso es violencia de género. Machismo puro: imponerse el hombre y someter y humillar a la mujer, por serlo, hasta acabar con su vida.

En España no damos con la clave para poner fin a esa lacra. Ocho mujeres asesinadas en dos semanas.

No se puede frivolizar con el tema. Ni admitir explicaciones que lo que esconden es un peligroso negacionismo.